Ayer
entrevistamos a Sergio, actor del espectáculo, y a Abel, responsable
del mismo.
Después de
entrar una vez al Caserón y pasar mucho miedo, como siempre,
decidimos no alejarnos mucho del lugar e irnos a Fantasía, tras lo
que retornamos al Caserón a esperar a Cristina (quién está detrás
de la cuenta de Twitter del Parque y que sirvió de “enlace”
entre el Viejo Caserón y yo).
La vimos
llegar y la saludamos, echó un vistazo a las preguntas y en cuanto
pudimos entramos junto con Sergio y Abel al despacho donde se
realizaría la entrevista.
No os voy a
mentir: había nervios. Muchos. Y el hecho de que delante de ti
tengas a un morador del Caserón vestido para la ocasión, lentillas
incluidas, no ayuda mucho...
Sergio,
vestido como el enterrador intimidaba, y bastante...Y oir gritos y la
voz del monje de la salida de arrepentidos al otro lado de la pared
tampoco ayuda mucho, que digamos...
Aún así,
conseguí empezar la entrevista, algo titubeante:
Gracias a @Pam_Onride (www.parquedeatracciones.es) Foto editada por: José López (@Ghjoseamaral) |
P: Sergio, actor del Viejo Caserón.
R: Buenas tardes
P: Gracias por concedeme la
entrevista. Cuéntame un poco cuánto tiempo llevas aquí trabajando
y cómo empezaste.
R: He hecho diez
años en septiembre del año pasado, o sea llevo diez años y medio
aproximadamente y entré de casualidad: era un fan más del
espectáculo. Yo siempre he sido un friki del género de terror y
del espectáculo éste en particular, y mis amigos que venían
conmigo al Parque de Atracciones de visita lo sabían, entonces me
animaron a que preguntara de una vez por todas si podía dejar un
currículum o podía trabajar aquí de alguna manera, entonces me
animé, hablé con el encargado, y dio la casualidad de que había
una persona que estaba de baja o que iba a faltar y necesitaban a una
persona. Estuve en el momento adecuado, en el momento justo. Me
hicieron una prueba, y yo pensaba que iba a ser para un par de
semanas, un par de fines de semana...y al final me quedé.
Y desde entonces
hasta ahora han pasado ya más de diez años.
P: En esos diez años ¿A cuántas
personas crees que habrás asustado, más o menos?
R: Pues no lo
sé...diariamente pueden ser a lo mejor 800 personas. Cientos de
miles de personas que hayan podido gritar por un susto que les haya
dado yo o cualquiera de mis compañeros. Cientos de miles se pueden
contar.
P: ¿Ésto es guión? ¿Es
improvisación?
R: Tiene una parte
de guión, que el gerente del espectáculo siempre nos marca unas
pautas, sobre todo en los personajes de texto como el de la entrada o
el de la salida de arrepentidos. Y luego hay personajes que tienen
unas pautas de movimiento, impactos que tienen que hacer...
Llamamos
“impactos” a los golpetazos...A los sustos como tal los llamamos
impactos aquí, de manera técnica.
Y hay algunos
personajes que se ciñen más a los textos, cada uno dándole su
estilo, su puntito...Que a lo mejor a uno se le da mejor rugir, a
otro se le da mejor poner una voz, a otro otra...Pero básicamente
siempre es lo mismo.
Y luego los
personajes que improvisan más, pues ahí se deja un poquito más a
elegir a cada uno siempre dentro de unas normas de cuidado con la
gente, de no acercarte demasiado, de no hacer ciertas cosas y sí
hacer otras, cada uno le da su toque personal, que realmente es lo
que está bien, porque como solemos cambiar mucho de personaje, si
tenemos cada día un personaje distinto, cada vez que vienes al Viejo
Caserón es una experiencia distinta, porque cada uno le da su punto.
Entonces nunca ves lo mismo, que eso es lo que yo creo que es
importante de éste sitio para visitarlo: que una visita nunca va a
ser igual que la otra.
P: ¿Alguna anécdota graciosa,
rara, reseñable que te haya pasado estos diez años?
R:Anécdotas aquí
hay, como te puedes imaginar, cientos, cientos y cientos...
P: Y esa leyenda de los objetos
perdidos...
R: Cosas que se
pierden aquí, pues desde zapatillas y gafas, que es lo más normal,
que te pidan una gafas o unas zapatillas, hasta dentaduras
postizas...Claro, las dentaduras postizas son caras, entonces el que
viene a pedirlas siempre viene con una vergüenza extrema, pero
claro, necesitan su dentadura porque e ha valido una pasta entonces,
imagínate buscando con una linterna y encontrar la dentadura postiza
y dársela al señor.
Pero cosas así
que no se suelan decir...Para mi fue muy “halagador” o muy
importante darme cuenta de asustar a alguien y que se mee encima, eso
es algo increíble, y me ha pasado que recuerde en un par de
ocasiones: ver como de un susto alguien se queda congelado,
petrificado...se va de donde se ha quedado parado y ver un charco
debajo de que se ha meado encima.
Puede a la gente
darle pena pero para mi, una persona que trabaja dando terror es lo
mejor que puede ocurrir... “Joder, he hecho mearse a alguien”.
Eso es increíble.
P:¿Sentís pena por la gente que de
verdad lo pasa mal?
R: Como dice Queen
“Show must go on”. El espectáculo tiene que continuar.
Si sintiéramos
pena por toda la gente que pasa por aquí y chilla e implora que no
se la asuste, esto no sería lo que es.
Yo solamente paro,
en mi caso, cuando hay una urgencia: cuando ves a una persona con un
ataque de histeria, cuando ves a una persona que esté a punto de
darle algo, entonces. Nunca me salgo del papel, si pongo una voz,
siempre voy a mantener esa voz, pero sí que a lo mejor ya la dejo en
paz y me voy a por otra persona.
Pero nosotros
vamos siempre a tope, no podemos bajar el nivel. Nunca.
P: ¿Esto realmente divierte? ¿Es
un trabajo divertido o hay algún punto más negativo?
Es un trabajo muy
divertido, sobre todo los primeros años, porque como es un trabajo
muy variado porque cada grupo es diferente, cada persona se asusta de
una manera, o te pasa una cosa distinta...Pero al final termina
siendo monótono, igual de monótono que otros trabajos, te dan unas
pautas que siempre son las mismas...Pero claro, sí que es mucho más
divertido que otros trabajos porque es como jugar al escondite. A
todo el mundo le gusta dar sustos.
Yo al principio
recuerdo que daba los primeros sustos, la gente llegaba a caerse de
culo de los sustos, y yo me tenía que esconder para que no me vieran
reirme, porque claro, no me pueden ver reirme. Entonces yo me daba la
vuelta, me “descojonaba” y luego seguía.
Porque claro es
divertido “Joder que susto le he pegado, éste se ha cagao pero...”
Luego la parte
mala de este trabajo es el público: hay público que es muy
complicado. Trabajar con la gente es difícil.
La gente que
colabora y que se mete en la historia es un placer trabajar con
ellos, pero luego hay gente que no colabora de la misma manera,
entonces tienes que tener mucha sangre fría para obviar todos los
insultos, a veces intentos de agresión...Pero bueno tú te apartas
del grupo y que tiren para delante y ya está porque aquí entra todo
tipo de gente: gente que viene a divertirse, gente que viene a
liarla. Pero es lo que tenemos nosotros.
P: Muchas veces es lo que piensa la
gente. Que pintándote la cara y dando sustos lo tienes todo hecho,
pero hay otra cosa, ¿No? ¿Qué hace falta?
R: Trabajar aquí
exige muchas cosas. No solamente es ponerte una máscara y pegar un
susto.
Tienes que
controlar mucho los tiempos. Hay una cosa muy importante que es que
los grupos no se junten entre sí. Entonces los que llevamos más
tiempo controlamos más ese tipo de cosas.
Aquí nos guiamos
mucho por el sonido, ya que está todo a oscuras. Entonces en todo
momento sabes dónde está el siguiente grupo y dónde está el
anterior; sabes cuánto te tienes que entretener con un grupo para
que no se junte...Por ejemplo, si vienen dos grupos muy pegados, al
primero le pegas los sustos y ya está y al segundo le paras, y le
dices cualquier cosa, o interactuas más con ellos para hacer una
separación.
Ese tipo de cosas
la gente nueva que entra lo controla mucho peor. Nosotros ya llega un
momento que nos ponemos una venda en los ojos y sabemos donde están
los grupos, y eso es importante. Y muy importante saber tratar con
la gente, saber asustar pero sin acercarte demasiado, porque una cosa
que suele hacer la gente como reacción natural es echar las manos al
frente, y si te acercas mucho, te llevas un manotazo, muchas veces no
intencionado, pero claro, es una reacción natural. Así que hay que
controlar todo eso.
Asustar sin
acercarte demasiado, sin que vayan a caerse por una escalera...
Cerca de las
escaleras no asustamos para que la gente no salga como los búfalos y
se caigan y se partan la cabeza todos.
Pues ese tipo de
cosas no las sabe la gente que está fuera: el control que hay que
tener con los grupos y con el público en general.
P: Por lo que me han dicho hace no
mucho eres experto en maquillaje, prótesis y todo ese tipo de
cosas...
R: Bueno,
experto...Como buen friki del cine de terror me gusta mucho el
maquillaje. La naturaleza de éste espectáculo no nos deja mucho
tiempo para maquillar y hacer maquillajes muy elaborados, que son
maquillajes de horas de duración. En el caso de algunos son de una
hora y media, dos horas...Pero siempre hay alguna publicidad, alguna
cosa que hacemos para televisión, que entonces sí aprovechamos y
hacemos unos maquillajes más profesionales.
Y yo, pues la
verdad es que llevo estudiando mucho tiempo de manera autodidacta y
por algún curso que he hecho y hacer unos maquillajes protésicos ya
más cercanos al cine convencional que a lo que es un espectáculo
así como es éste.
P: ¿Qué personajes ha interpretado
tú aquí, en el Viejo Caserón?
R: Pues yo aquí
he hecho de todo...
Incluso hice en
una ocasión de niña de “El Exorcista”, o sea que te puedes
imaginar. Imaginarme a mi con una peluca y un camisón era...la gente
corría de la hostia, eso sí.
He hecho todo tipo
de cosas.
Personajes que van
con mi físico
Desde un zombi
hasta un chepudo que abre la puerta hasta un loco, doctor, el speech
que es el personaje que está fuera, que también es un personaje
porque también mete un poco de susto a la gente, también la prepara
fuera. No sé, personajes de todo tipo. Muchos personajes.
P: ¿Puedo hablar con el speech?
Estás hablando
con él. Tiene ésta voz. Utilizo mi voz.
Y
como ya os imagináis, hablé con el speech, pero no fue muy amable,
que digamos...
P:
¿Cómo llegó usted al Caserón? y ¿Qué hace usted en el
Caserón?,¿Cuál es su cometido?
R:
Pues soy el enterrador y tengo bastante hueco en mi cementerio para
gente como usted que viene a molestar a todos los habitantes de la
casa.
P:
A molestar, ¿Yo?
R:
Exactamente, porque cualquier visita de ustedes es una molestia.
Entonces que sepan que si no es usted, alguno de los que vengan con
usted pueden tener hueco en una de esas tumbas que tengo preparadas.
P:
Pues que sepa que ésta tarde repito a última hora (Volviendo a
entrar al Caserón)
R:
Que sepa que todavía me quedan huecos en los que cabe usted
perfectamente.
Y así acabó la primera entrevista de la tarde con Sergio y el speech. Ahora le tocaba el turno a Abel, responsable del Viejo Caserón.
Gracias a @Pam_Onride (www.parquedeatracciones.es) Foto editada por: José López (@Ghjoseamaral) |
Y así acabó la primera entrevista de la tarde con Sergio y el speech. Ahora le tocaba el turno a Abel, responsable del Viejo Caserón.
Para
los que estéis interesados, imponía menos porque no estaba
maquillado, pero mis nervios seguían ahí... :)
Ésto
fue lo que nos dijo:
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P:
¿Cómo y cuando empezó el Viejo Caserón?
R:
El Viejo Caserón empezó en 1989.
Ésto
antes era un restaurante vasco que se cerró, y tras cerrarse se
decidió montar aquí un espectáculo de terror, como lo que ya
conocéis, parecido a lo que hay ahora, que era el “Pasaje del
Terror”. Y poquito a poquito pasaron los años hasta que se
transformó en El Viejo Caserón, que es en lo que estamos ahora.
P:
Cuéntame, ¿Cómo es un día de trabajo?¿A qué hora empezáis?,
¿Cómo os maquilláis?¿Cuánto tardáis?...
R:
Pues depende, mira. Un día de trabajo, tenemos distintos horarios.
Depende de la temporada que sea entramos a una hora y salimos a
otra...Vamos cambiando: cuando es verano estamos más horas que
cuando es invierno, entonces siempre para maquillar, cuando nos
maquillamos tenemos media hora siempre. Tiene que ser un maquillaje
específico para las necesidades de la iluminación que hay dentro.
Entonces siempre con media hora nos suele bastar.
P:Tú
has interpretado aquí, ¿No? Ahora eres el responsable, ¿Verdad?
R:
Yo interpreto casi siempre, sí. Y sigo interpretando.
P:
y ¿De qué has hecho?
R:Pues
he estado mucho tiempo de monje, de doctor, de loco, de Freddy...He
hecho de niña de “El Exorcista”. ...Aquí somos todos
polivalentes.
P:¿Qué
es lo que pasa por vuestra cabeza después de caracterizaros?
R:
Vas entrando un poco en lo que es el personaje, entonces mientras
viene la gente, vas un poco entrando en calor, ensayando los gestos,
un poco la voz...y vas entrando un poco en lo que es el personaje
para salir ya directamente porque ten en cuenta que la gente pasa un
minuto por tu escena, entonces no hay tiempo para ensayo y error, tú
tienes que salir directamente, sabiendo lo que vas a hacer y
haciéndolo bien, claro.
P:
No hay personajes fijos, ¿No? Vais cambiando...
R:
Sí, los personajes van cambiando, sí.
P:
¿Quién elige eso? ¿Lo eliges tú o cada uno dice “oye, pues a
mi hoy me apetece ser Fulanito...”?
R:
Cada uno tiene unos personajes que por su condición física, por su
manera de actuar se le dan mejor o cuadran mejor dentro de ese
personaje, entonces cada uno tiene un perfil distinto. Los perfiles
que se ajusten a distintos personajes son los que hace la gente. Se
va cambiando pero siempre teniendo en cuenta los perfiles de cada
uno.
P:
¿Es cierto eso que he visto y he leído en reportajes varios en los
que se dice que es un trabajo bastante solitario?
R:
Es un trabajo bastante solitario y bastante duro. Bastante solitario
porque pasas mucho tiempo en la oscuridad, estás aislado en tu
escena...Si tienes la suerte por ejemplo de estar en una escena en la
que tienes cerca a alguien, no es tan solitario, pero cuando estás
en alguna de las escenas que están un poco más apartadas, estás
todo el rato esperando grupos, ahí solo...entonces...es un poco
solitario, sí.
P:
Y ya para acabar, cuéntame la leyenda del Caserón.
R:
Leyendas hay muchas...
P:
La de Matilde.
R:
La de Matilde, se dice que cuando ésto era un restaurante vasco,
justo donde tenemos la escena de Freddy Krueger eran las cocinas del
restaurante. Hubo un accidente, un incendio, y una de las cocineras
que se llamaba Matilde se quemó.
Hay
mucha gente que dice que la ha visto. Aseguran que ha aparecido, que
iba andando detrás de los grupos y desaparecía al llegar a Freddy.