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jueves, 30 de mayo de 2013

Reflexiones "caseronescas"

Esta entrada va especialmente dedicada a esos fenómenos que día a día lo dan todo por hacer pasar un mal rato (o bueno, según se mire) a los visitantes que acudimos al Viejo Caserón del Parque de Atracciones de Madrid.

Esta entrada es para vosotros, actores del Caserón (que sé que me leéis, que me lo han dicho...^^) y sobre todo se la dedico a Nosfharatu y al Dr Espiral que es con quien más trato en Twitter. Gracias por ser tan majos!

¿Mi experiencia en la casa? Inmejorable. Me encanta llegar cada vez que decido entrar con los nervios revoloteando en el estómago, como si fuera el primer día.

Ya os digo. Al principio, nervios, sólo apaciguados en cierta medida por la taquillera y su simpatía. A tí, si me lees, también va mi entrada ^^.

Después, lo peor: la llegada a la verja: esos tensos minutos de espera en que tarda en aparecer el personaje que da las instrucciones para entrar y dice quién será el guía del grupo...

Os lo digo en serio: dos personajes me reconocieron: el monje y el vampiro, y las dos veces fui incapaz de contestarles. ¿Por qué? Porque hacéis genial vuestro trabajo, y a mí personalmente me hacéis sentir una verdadera visitante atemorizada ante vuestra seriedad y el temor que infundís, fruto de vuestra representación.

Ayer estuve tentada de contestar al vampiro cuando me dijo “Cuanto tiempo sin verte”.
Pero no pude: intimidaba demasiado.

Por mi experiencia os diré que por mucho que conozca al personaje (ya sea por twitter o porque le he visto más veces en el Caserón), la sensación es siempre la misma: le miro a los ojos y por más que quiero pensar que son lentillas y que quién está ante mí es sólo un actor, de verdad lo digo, no puedo. Su voz, su tono....Hacen que al mirarle a los ojos no vea lentillas, sino ojos (ojazos, mejor dicho ^^) de criatura infernal.

Y así es como, poco a poco, en mi mente se va forjando la historia y ya os digo que a pesar de que me convenza de que sois actores, antes de entrar, me dejáis claro que os lo tomáis muy en serio y hacéis que de verdad piense que puedo no salir viva de la casa : y así me pasa: que grito como si estudiara para soprano ^^...

Por ello, gracias y enhorabuena.

Decir también que me parece muy injusto lo de algunos grupillos de graciosos (como aquel que iba ayer delante de nosotros la primera vez que entramos, y que tenía toda la pinta de ir buscando bulla y exacto: uno de sus integrantes salió por la puerta -y no por la de arrepentidos precisamente- el vampiro le preguntó que por qué le habían echado pero él no soltaba prenda....) que sólo buscan jaleo y no se toman para nada en serio el espectáculo. Supongo que para vosotros ha de ser frustrante...Pero en fin, que supongo que habrá de todo... :(

Por mi parte daros las gracias si habéis leído ésto y, gracias por todo lo que nos hacéis sentir y más particularmente, gracias por hacer que ayer durante las dos veces que entré a la casa, olvidara los problemas que me rondaban la cabeza. GRACIAS Y SEGUID ASÍ. UN BESAZO. Sois unos monstruos ;)

P.D.T: Al lorito que cualquier día me oíréis de nuevo por allí. ^^

P.P.D.T: En breve subiré el capitulo 13 de “Visita al Viejo Caserón”
Con cariño,

Cristina, una histérica visitante..




























jueves, 2 de mayo de 2013

Link a web creada con Wix

¡Buenas! Os dejo el link a una página web creada por una compañera y por mi, donde va incluida la última práctica de una asignatura: Documentación Digital.

Dicho reportaje versa sobre la violencia de género. Espero que os guste.

Link: cristinalaheavy.wix.com/pam-y-cris-

miércoles, 1 de mayo de 2013

El Palacio de Linares


El fruto de un amor incestuoso quedaría para siempre emparedado tras los muros del célebre palacio de Linares clamando por salir en forma de lamentos que ahuyentan al personal de seguridad que vigila el edificio, e incluso en ciertas salas, según decían, ni los perros se atreven a pisar...

Todo comenzó cuando el futuro marqués de Linares José de Murga y Reolid quedó prendado de Raimunda Osorio, una muchacha humilde, hija de una cigarrera de Lavapiés y del padre de José, fruto de la relación extramatrimonial que ambos mantenían

Cuando José le dijo a su padre de quién estaba enamorado, éste le mandó a estudiar a Londres sin dar explicaciones.

Tras morir el padre del marqués, los enamorados se casaron, pero su felicidad se vio truncada cuando el marqués encontró una carta de su padre confesándole el pecado incestuoso que cometían: Raimunda y José eran hermanos de padre.

Alarmados, acudieron al Papa Pío IX, que les concedió la bula casti convivere (convivencia en castidad) que, sin embargo, no respetaron, engendrando una hija, Raimundita, a la que, por miedo al escándalo, asesinaron y escondieron en el palacio.

Algunos dicen que fue emparedada, otros que ahogada...No se sabe.

Lo que sí se sabe es que de un tiempo a ésta parte varios fenómenos de corte paranormal vienen produciéndose en el que fuera el hogar de los marqueses y hoy es la Casa de América: una enorme mansión de época decimonónica, de cuatro plantas y un sótano, con un gran salón de baile en el que dicen haberse visto siluetas y oído extrañas voces, entre las que destaca una voz masculina, que clama “¡Raimunda!”. ¿Pudiera ser el espíritu del difunto marqués llamando a su hija? No se sabe.

Lo que sí se sabe es lo que atestiguan varios vigilantes e incluso investigadores que han hecho sus rondas allí

“En el salón de baile no estaba solo. Notaba una presencia que caminaba conmigo de la mano, como si me acompañara en el recorrido por el salón. Era una sensación rara, aunque no molesta.”, dice José López García, ex vigilante de seguridad del palacio de Linares, quien también recuerda cómo se colaron tres intrusos y la cara de pavor que tenían cuando él y su compañero los encontraron en la habitación de la marquesa. “Nos suplicaban que los sacáramos de allí. Cuando los encontramos estaban arrinconados en una esquina, como si hubieran visto algo que les asustara. Incluso cuando la policía se los llevó se peleaban por entrar al coche patrulla los primeros, como si quisieran huir de allí...”

Y además de todo ésto, en la actual Casa de América hubo tiempo hasta para los fraudes. En la década de los 90 llegó a Madrid una desconocida doctora llamada Carmen Sánchez Castro, que aseguró haber grabado la supuesta voz de Raimundita clamando por su madre. Sin embargo luego se demostró que esa voz no era tal. Era, más bien, una imitación barata de una voz aniñada hablándole a un micrófono, lo que provocó (y no era para menos) la indignación de los profesionales del gremio que se desplazaban hasta allí para enfrentarse a la causa (como los parapsicólogos llaman al ente que se manifieste) y que sí encontraban respuesta verídica.

Actualmente, el palacio alberga todos los días multitud de actividades culturales, cuenta con restaurantes y lugares de ocio y esparcimiento y es visitado por miles de personas. Pero para algunos sigue . guardando bajo llave los secretos de su pasado...


Expediente Vallecas: primer atestado policial contra lo desconocido


¿Cree que es posible establecer comunicación con el más allá con un simple tablero y un vaso? ¿Y si así fuera? O lo que es peor, ¿ y si la entidad con la que contactamos no es para nada amable y condiciona nuestra vida y la de nuestros familiares? ¿Cree usted que el juego de la ouija puede ser peligroso? La joven de la que éste caso se ocupa se arriesgó, jugó y pagó las consecuencias...Y no sólo ella: Sus familiares también lo pasaron mal...

Todo comenzó en marzo de 1990, en el barrio madrileño de Vallecas, cuando Estefanía Gutiérrez Lázaro, de 18 años, decidió organizar con sus compañeras de Instituto, aprovechando la ausencia de una profesora, el mal llamado juego de la ouija.

Las jóvenes comenzaron la sesión, que transcurrió con normalidad (con toda la normalidad que puede darse en una sesión de éste tipo) hasta que una profesora las interrumpió rompiendo el tablero y el vaso. Vaso que contenía un extraño humo que fue a parar a Estefanía, marcando los acontecimientos que tendrían lugar posteriormente.

A partir de entonces, la niña empezó a comportarse de una manera muy extraña: sufría estados alterados de conciencia en los que deliraba y ni siquiera parecía ella misma; arremetía contra sus hermanos, como si su cuerpo se hallara poseído por una fuerza sobrehumana; sufría extraños ataques sólo comparables a la epilepsia, que nunca antes había sufrido, e incluso aseguraba oir voces y ver figuras de gente que la llamaban.

Durante seis meses acudió a diferentes médicos, pero ninguno de ellos pudo diagnosticar qué clase de enfermedad padecía.: Al contrario, los especialistas no encontraban nada anormal en ella.

Las cosas fueron a peor y el 14 de agosto de 1991 Estefanía fallecía en su habitación en extrañas circunstancias. Los médicos certificaron que se trataba de “muerte súbita y sospechosa”: A partir de entonces empezaron a sucederse los fenómenos paranormales en la casa de los Gutiérrez-Lázaro: electrodomésticos que se encendían y apagaban solos, puertas que se abrían y cerraban violentamente, e incluso una foto de la difunta adolescente ardió inexplicablemente, dejando intactos el marco y el cristal que la sujetaban.

Y fue precisamente éste último hecho lo que hizo que la policía del barrio se personara en la calle Luis Marín aquel 27 de noviembre de 1992. Esa sería la primera vez que una brigada policial acudía a una casa alertada por tales fenómenos, como también sería la primera vez que la pareja de policías, un inspector y un psicólogo, pudieron presenciar los fenómenos en primera persona.

Se encontraron cara a cara con el sinsentido, viendo cómo las puertas se abrían y cerranban brutalmente sin motivo aparente, vieron cómo la mesa en la que se hallaba el teléfono se impregnó misteriosamente de una sustancia marrón pegajosa, que uno de los agentes identificó como “babas”, fueron testigos, además, de cómo un crucifijo se descolgaba solo de la pared, y de cómo, después de que uno de los hijos de la familia lo pusiera sobre un póster, el Cristo volvía a caer, desgarrándose el póster con lo que parecía ser una garra de tres dedos...

Todo lo que vieron y oyeron los agentes les hizo volver a comisaría con los nervios de punta para redactar el informe de lo que allí había sucedido. Sería el primer expediente contra lo desconocido, y pasaría a la posteridad como el “Expediente Vallecas”.

Los extraños sucesos llevaron a la familia a abandonar su domicilio, y actualmente habitan otra casa en la que, según dicen, no tienen lugar los fenómenos: “Desde que nos vinimos a ésta casa, ésto es el Cielo, comenta la madre de Estefanía.

Los inquilinos que ahora viven en la antigua casa de los Gutierrez-Lázaro dicen no oír ni sentir nada extraño. “Sí, se oyen ruidos arriba, pero sólo son los vecinos, nada más”.