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sábado, 31 de agosto de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 10

CAPÍTULO 10: VERDAD OSCURA

El Emperador se acerca a mí y yo vuelvo a temblar mientras él permanece de pie, al lado de la mesa, mirándome con expresión cansada.

-Ay, Cris...-Suspira.- No te rindes, ¿Eh?. Admiro tu fortaleza, pero he de decirte que ya no vas a durar mucho más. Porque como no te acabes rindiendo tú misma vas a suplicar que te matemos...Ese inquisidor está haciendo muy bien su trabajo.-Ríe.

-Cabrón mentiroso...-Digo entre dientes.

-¿Qué dices?-Pregunta el Emperador.

-Me hizo venir a esta horrible sala después de mentirme sobre su pasado.-Dije yo.

-¿Eso crees?¿Crees que Tar te ha mentido?-Me pregunta el Emperador riendo y poniendo la mano sobre mi frente. Cierro los ojos al sentir cómo todo mi cuerpo se convulsiona y una serie de imágenes se proyectan en mi mente.

Veo al inquisidor: está con una niña pequeña a la que sólo la hacen falta las gafas y la ropa de la época actual para ser igual a mí.

Una niñita que viste un elegante traje medieval, por lo que deduzco que es de alta cuna.

Y entonces, oigo su nombre de labios de Tar: Luna.

La niña se gira y da un beso a su padre mientras él la abraza, se abre la puerta y entra un niño algo más pequeño que Luna que se une al abrazo. Desde la puerta, una mujer contempla la escena, antes de entrar al cuarto y besar apasionadamente al inquisidor.

Otra escena acude de repente a mi mente. Veo a Tar practicando lucha con espada con un joven muy parecido a él, algo más pequeño. Deduzco que es su hermano; otra escena aparece. Tar jugando al ajedrez con un hombre al que identifico como su padre. Después le veo pasear feliz con su madre.

Pero entonces, todo cambia radicalmente.

Siento un espasmo y a mi mente me viene la imagen del lord del señorío cercano acechando a Tar, a sus vasallos y a sus campesinos carcomido por la envidia. Le veo delatar a Tar como hereje ante la Inquisición, y veo al inquisidor del Caserón huir lejos, hasta que vuelvo a sentir un espasmo y ante mí aparece una visión horrible: el castillo de Tar ardiendo mientras los hombres del lord vecino y el mismísimo señor feudal la emprenden contra la familia, vasallos y campesinos de Tar, torturándolos y quemando sus propiedades.

Mi cuerpo vuelve a sacudirse y veo a Tar llegar, veo la rabia de su mirada al ver el dantesco panorama. Le oigo gritar furioso y emprenderla contra su enemigo y todos los suyos, como ya hiciera el otro con él.

Después, le veo sumirse en su pena y más tarde en su locura al creerse poseído por algo que le obligó a matar a su enemigo. Le observo razonar, finalmente, que la venganza era la única solución, antes de echarse a llorar y abandonarse a la soledad de sí mismo.

Me convulsiono y abro los ojos mientras fijo mi mirada en la pared. Pero en mi mente siguen apareciendo visiones del pasado del inquisidor: Ésta vez le veo entrar al Caserón junto al Amo, veo cómo sus ojos se tornan amarillos, y le veo torturar a los moradores sin compasión, practicando las enseñanzas del libro que me encontré en la biblioteca...

La escena cambia cuando el Amo muere y él se une al Emperador.

Salgo del trance, parpadeo confusa y el Emperador me dice:

-Qué, ¿Era verdad o no era verdad?-

Me llevo la mano a la frente, me la paso por el pelo y asiento, aún confundida e impactada.


En ésto, oigo como el Emperador se pone alerta, como si hubiera oido algo, y le veo clavar la vista en una esquina de la sala donde hay una puerta que yo no había visto. Y en esa esquina, junto a esa puerta, alguien agazapado observando...

viernes, 30 de agosto de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 9

CAPÍTULO 9: SIGUE EL SUPLICIO

No sé cuanto tiempo ha pasado desde que empezaron a torturarme. Cada día un morador tras otro. Ronda diaria de moradores torturándome. Tar se encarga de establecer los tiempos de duración por tortura y morador. Todo el día, toda la noche, hasta que me dan una pequeña tregua sólo para deleitarse en mi sufrimiento mientras me retuerzo de dolor. Mi cuerpo es un guiñapo, y creo que mi alma está al borde de la muerte...Si no fuera porque el privilegio que podría haber sido morir en esa situación me ha sido negado: No puedo morir, y el dolor que se me infringe con cada tormento permanece perenne en mi maltrecho cuerpo.

Mientras espero que comience un nuevo día de torturas, recuerdo las palabras del inquisidor:

-Te condeno a volver a poseer la vida para torturarte, día tras día y noche tras noche por todos los moradores de éste Caserón....-

Sus palabras rebotan en mi mente mientras me noto incapaz de moverme, paralizada por el dolor de las heridas de todos éstos días de suplicio: los moradores me han acuchillado, Tar me ha quemado parte del pelo, de los brazos, de las piernas...Y me han vuelto a obligar a beber ese puñetero ron que hace que todo lo que veo se vuelva fuego.

Lloriqueo, gimo y me quejo mientras miro impotente a todos los moradores, todos sonriendo ante mi patética imagen.

En ésto, Selman se acerca a mi y me echo a temblar.
A excepción de Tar, el vampiro ha sido quién más me ha torturado de todos los moradores. Ha volcado en mi toda su saña.

Sonríe mientras se sube a la mesa, colocándose a horcajadas sobre mi mientras dirige el cuchillo a mí y me acaricia el pelo con el filo, bajándolo luego a mi cuello y cortándome con él. Le miro. Esa sonrisa malévola sigue en sus labios y de nuevo su mirada completamente oscura no me dice nada mientras de las manos del vampiro crecen unas largas uñas que dirige al lado izquierdo de mi cara, arañándolo con suavidad para después aumentar de intensidad los zarpazos. Ahogo un grito mientras araña ahora con mas fuerza mi mejilla y se desvía a mis labios. Siento una vez más el sabor de mi sangre mientras Selman baja su boca a mi mejilla izquierda y me muerde con saña, arrancándome un trozo de pómulo. Grito, y mi voz suena rota. Mi garganta me duele mientras Selman se acomoda más sobre mi, dándome la espalda y sentándose sobre mi cuello. Me hace daño. No puedo respirar. Me oprime cerrando las piernas alrededor de mi cuello, poniendo toda su fuerza y peso sobre mi mientras le veo alzar el cuchillo y le escucho decir:

-Tranquila, Cris. Sólo quiero llegar hasta tu...corazón.-Rie con una carcajada maléfica mientras me clava el cuchillo en el corazón y lanzo un escalofriante grito.

Entonces, Sel me clava más profundamente el arma hasta lograr dar con el tope de mi corazón, que saca ensartado en el cuchillo.

El vampiro se baja de la mesa y se acerca otra vez a mí, baja su boca al agujero en el que estaba mi corazón y empieza a beber la sangre que brota.

Pero entonces, Tar le detiene.

-Basta, Selman.-Le dice.- Es mi turno.- dice sonriendo mientras ve cómo el vampiro se aleja con los demás moradores y el inquisidor llega junto a mí.

-¡No!¡Alejate!- Le digo mientras le veo venir sonriendo hasta mí.

No puedo mirarle. El amarillo de sus ojos me aterroriza. Giro la cara para evitar mirarle, pero él me coge la cara y me la vuelve a girar, obligándome a mirarle a los ojos.

-¿Qué te pasa? ¿Es que no te gustan mis ojos?-Me pregunta haciendo un puchero.-Los tengo así desde que llegué al Caserón, pero puedo tornarlos castaños cuando no quiero aparentar ser malvado...-Sonríe.

-Me...me gustaban más los castaños.-Digo yo intentando aplacarle, intentando retrasar lo que sea que me va a hacer.

-Supongo que hay gustos para todo...-Me dice con un deje de desprecio..

-¿¿¡¡Pero por qué no me matas ya!!??-Le chillo enrabietada.

-Hoy vas a tener suerte, sólo he venido a decirte que el Emperador quiere tener una charlita contigo...-


Se abre la puerta y aparece el Emperador, que hace un gesto al inquisidor para que salga de la estancia...

jueves, 29 de agosto de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 8

CAPITULO 8: CASTIGO


El inquisidor se acerca a mi y me acecha lentamente, como reflexionando qué hará conmigo.
Su actitud es reflexiva: mano sobre la barbilla mientras me mira de arriba abajo moviendo las cejas y sonriendo.

-¿Que puedo hacerte?-Pregunta.-¡Ah! ¡Ya está!- Dice.

-Me gusta tu forma de pensar, inquisidor. Cuando quieras.- Dice el Emperador leyendo el pensamiento de Tar, pero sin desvelar nada.

Entonces, en ese momento, aúllo de dolor mientras veo como vuelven a crecerme las piernas y los brazos, a cuyo alrededor vuelven a forjarse cadenas que impiden moverme.

-¡¿Qué coño me vais a hacer?!-Chillo llorando.- ¡¡Ahhhhh!!-Grito de impotencia y me doy cuenta de que todo el dolor ha desaparecido. Mis heridas han sanado, y como ya he comprobado antes, mis extremidades se han regenerado. No entiendo nada.

Veo a Tar darse la vuelta, alzar los brazos mientras mira a todos los moradores y proclama:

-Yo, Tar Sekelthor, inquisidor de éste Caserón, me dispongo a ajusticiar a ésta díscola joven que tanto daño ha hecho a ésta nuestra morada con sus aires de rebeldía. Así pues, ha de ser castigada. En nombre del Emperador, procedo a leer el castigo.-

-¿Cas...castigo?-Pregunto con un hilo de voz.

-Castigo.- Confirma.- Te condeno a volver a poseer la vida para torturarte, día tras día y noche tras noche por todos los moradores de éste Caserón.-

Abro la boca, intentando entender lo que me está diciendo. ¿Ha dicho “vida”?¿Qué?¿Torturas diarias?

Me da igual lo que haya dicho. Tengo que aprovechar. No hay dolor, ni heridas...Me retuerzo e intento liberarme, pero es inutil.

El inquisidor sigue hablando.

-Deja de intentar escapar, Cris. No lo conseguirás.-Ríe.- Y vas a tener toooda la vida por delante para sufrir porque al Emperador le place que no mueras y tu sufrimiento sea eterno. Imagínate...Solo dolor, solo sangre, tus gritos...Y todo nuestro placer.-Sonríe mientras yo me retuerzo intentando escapar.

-¡Quieta!- Me ordena. Al oir el grito paro de moverme y vuelvo a llorar inútilmente.

-Por favor...-Suplico.

Por toda respuesta, dice:

-Anochece, niebla eterna. Se ha ocultado ya la luz. Frío que rompe, corta y hiela. Lágrimas brotan del corazón. La vida sueña que se ha de morir. En pedazos de miedo cuesta vivir. Pesadillas de muerte, desvélate. Pobre condenada...Verás morir tu fe.*

El inquisidor ríe y hace un gesto a Jason y a Ymir, que vienen hacia mi y después de clavarme sus armas, machete y cuchillo respectivamente, uno en cada pierna, liberar mi cuello oprimido por la cadena, me tumban en la mesa de torturas donde antes estuvo Selman. Suelto un grito agónico mientras los grilletes que aparecen de la nada me aprisionan manos y pies mientras me retuerzo de dolor.

Mis agresores se alejan de mí mientras yo miro a Selman, que permanece impasible sonriendo mientras contempla la escena.

Su nombre no sale de mis labios. Sé que es inútil llamarle, Que ha cambiado y ya no siente ni una pizca de aprecio por mi.

Intento acallar mis lamentos y siento cómo mi estómago se retuerce.

-Oh...¿Qué te pasa en la tripita, Cris? ¿Tienes hambre?.-Me pregunta Tar. Le miro.- ¿Quieres que el vampiro te dé de comer?-Me pregunta con una risita.

Vuelvo a mirar a Selman, que ahora tiene un plato humeante en sus manos y viene hacia mi sonriendo.

-Me ha dicho un pajarito, Cris, que adoras las patatas fritas. Bueno pues, aquí te van....-Rie el inquisidor mientras Selman se acerca a mi con el plato. El humo que sale de él huele que alimenta, y siento crujir mis tripas de nuevo. Veo cómo Sel coge una patata, la unta en ketchup y la acerca a mi boca. Me muero de hambre, pero no quiero dales el gusto de ceder. Giro la cabeza y Selman me mira.

-¿No quieres comer, Cris? Vamos, lo estás deseando...-

Siento crujir otra vez mis tripas ante el delicioso olor, me giro y relamiéndome, dejo que el vampiro lleve la patata a mi boca con cuidado. Antes de que la patata toque mi boca, la aparta, yo protesto y finalmente, la mete en mi boca. Pero no tiene el sabor que yo espero...Sabe...asquerosa...rancia...Ni siquiera el ketchup está bueno. Doy una arcada y escupo la patata a Selman, que gira la cara, furioso.

-Eso no ha estado bien, Cris.- Dice.- Me vas a hacer morderte?.-

Resoplo y noto con de repente se me seca la boca. Intento generar saliva. No puedo.

-Alguien tiene sed...-Canturrea el inquisidor, que le da a Sel una botella de Coca-Cola, que me tienta bebiendo de ella, aunque sé de sobra que no la disfruta al alimentarse de sangre, como es obvio.

-Mmmm...Fresquita y rica, Cris.-Dice.- ¿Quieres?.- Me pregunta el vampiro mientras mueve la botella y se acerca a mi.

-N...no.-Digo yo. Pero me derrito al ver el vaivén de la Coca-Cola con sus burbujas...

Mi lengua se desliza por mis labios y antes de darme cuenta, tengo la botella de manos de Selman junto a mis labios. Bebo con avidez sin ni siquiera saborear, y cuando paro y saboreo, toso.

Mi garganta arde, y la quemazón se extiende hasta mi estómago. Intento retorcerme mientras veo como Sel se burla:
-¿Qué te pasa, Cris? ¿No te gusta el ron?-Pregunta.-¿O es que acaso eres abstemia?-Vuelve a reir.

-Éste ron es especial...-Dice Tar.- Ahora verás por qué...-

Noto como todo me da vueltas, mi vista se nubla y esas nubes se vuelven fuego. Fuego por todos lados. Mi mayor miedo se hace realidad. Casi puedo sentir el calor.

Oigo la voz de Tar, que se me antoja distante:

-Quédate con ella, Sel. Asegurate de que su “copa” esté llena hasta mañana. Mañana empezará lo bueno...-Le oigo reir y grito.

Mi estómago sigue ardiendo por el licor, ahora el fuego se va disipando poco a poco, y veo a Selman, que se ha quedado solo y viene hacia mí con la botella en la mano.

-N...no...-Suplico.

-Shhh...Tranquila, Cris. No voy a hacerte daño...Al menos no mucho...-Dice mientras derrama ron en mis heridas de las piernas.

Chillo y comienzo a llorar mientras él se sienta tranquilamente a mi lado en una silla y me ignora por completo.

Mientras intento calmarme, le oigo murmurar:

-Anda, que ya le vale al inquisidorzucho...Hacerme lo que me hizo...Y encima dejarme aquí con ésta. Si no fuera por el Emperador...Pero me vengaré, lo juro.-

Se percata de que me he callado y acerca la botella.


-¿Te has callado tan pronto?-Me sonríe mientras acerca la botella a mi boca y yo me intento apartar. Me coge de la cabeza, me inmoviliza y me d de beber mientras yo me quejo como puedo. Y de nuevo la quemazón en garganta y estómago, y el fuego, y la niebla ardiente en mi visión, y los llantos, y los gritos...Oigo las risotadas de Selman hasta que todo se vuelve oscuro y me sumo en la inconsciencia...


*Variación de un fragmento de la canción de Mago de Oz "La Cantata del Diablo". La original dice: "Cae la noche, niebla eterna. Ocultase ya la luz. Frío yermo. Rompe, hiela. Lágrimas del corazón. Sueña la vida que se ha de morir. En trozos de miedo es duro vivir. Sueños de muerte. Desvélate.Santa condena, Auto de Fe."

miércoles, 28 de agosto de 2013

Entrevista a Cristina Bermejo, autora de "Visita al Viejo Caserón" Realizada por: Álvaro (Tar Sekelthor)

Estamos con Cris, escritora de “Visita al Viejo Caserón” en su blog “Periodismo en la Calle”. Ha aceptado a concedernos esta entrevista donde nos desvelará secretos y curiosidades del relato.

Buenas tardes Cris. Ante todo muchas gracias por concedernos esta entrevista. Es un placer. O debo llamarla… Señorita Krueger.

Buenas tardes y muchas gracias a tí por hacerme la entrevista. -Risas- Ahora mismo soy Cristina, pero...Nunca se sabe lo que puede pasar...-Risas-

1º) ¿Qué te motivó a crear esta historia en torno al Viejo Caserón? ¿Fue un proyecto que meditaste largo tiempo, o surgió rápidamente?

Todo empezó con los intentos de hacer una entrevista (que al final no se llegó a realizar) a un ex morador para un reportaje de clase. Cuanto más me hablaba del Caserón más escenas se me venían a la cabeza para crear una historia. Pequeños trozos del argumento...Y entonces decidí empezar con lo que pretendía ser un mero relato y se ha convertido en “Visita al Viejo Caserón”.

2º) ¿ En algún momento pensabas que acabarías creando una historia semejante?

-Risas- Para nada. Nunca me llegué a imaginar que iba a tener tanta repercusión, que me iba a encontrar seguidores en Twitter (incluidos moradores del Caserón) diciendo que seguían mi relato y que les estaba gustando.

3º) ¿ Tienes planeado publicar esta historia?

Sí. Aún no sé cuando porque el proceso es largo y demás. Además hasta que ahorre lo suficiente...Pero sí. La historia verá la luz.

4º) Para las personas que no la hayan leído todavía ¿De qué trata?

“Visita al Viejo Caserón” cuenta la historia de Cristina, una chica que cierto día va al Parque de Atracciones de Madrid y se aventura a entrar en el Viejo Caserón. Cree que va a entrar con un grupo, pero se da cuenta de que está sola. Piensa que aun así va a ser una visita normal, pero nada más lejos de la realidad, porque la pasarán una serie de cosas que la llevarán a descubrir que nada allí es lo que parece y que no podrá escapar fácilmente...

5º) ¿ Cómo estás organizando la historia?

La historia de momento tiene dos partes “Visita al Viejo Caserón” y “Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas”. La primera parte tiene un prólogo y 37 capítulos; la segunda consta de prólogo y de momento 7 capítulos, pero iré subiendo más según escriba.

6º) ¿Hay alguna situación vivida en el Viejo Caserón que te inspire?

Situación en sí, no. Pero a raíz de anécdotas vividas después de entrar tras empezar a escribir, decidí incluir alguna que otra cosita que me sucedió... La escena del capitulo en la que el Amo recibe a los periodistas y les dice que su hija Cris ha muerto, por ejemplo. Eso lo viví yo en primera persona, en la biblioteca del Caserón. El actor que hacía de Amo mencionó mi nombre como su hija fallecida. Fue genial.

Cierto día pude entrar totalmente sola y me encantó la experiencia. Los actores estuvieron geniales e hicieron alguna que otra referencia al relato. Pasé miedo, pero me encantó. -Risas- ¡Quiero repetir! - Risas-

Pero no sólo en el Caserón, sino en el Parque de Atracciones. La escena de cuando Cris se sube en la Lanzadera con Selman es una vivencia, y además, con quien me inspiró el personaje de Selman. Yo estaba aterrorizada. Era la primera vez que me subía a la Lanzadera y pedía que mi amigo me diera conversación entre gritos....Fue gracioso y decidí incluirlo -Risas-.

7º) ¿Los personajes de la historia están inspirados en gente real?

Sí. A parte de en los mismos moradores y sus actores, hay mucha gente que me inspira personajes: Selman es la inspiración de José (mi primer fan); el inquisidor es la inspiración de quien me está entrevistando...-Risas-. Iri, Adri e Irina son twitteros fans de los parque de atracciones que me ofrecieron colgar el relato en su web...Dani, el administrador de “El Viejo Caserón Fans” también aparece...

Mucha gente a la que le agradezco muchas cosas que he querido que tuviera un hueco en la historia. Gracias a ellos el relato ha tirado para adelante.


8º) ¿Recomiendas a todos los públicos o pondrías un tope de edad?

Principalmente, se lo recomiendo a personas amantes del terror.
Desechado para personas especialmente sensibles que vean los textos en su mente fácilmente y además sean sensibles a la sangre, torturas y demás.

Pondría límite de edad. No recomendada a menores de 18. Aunque si se lo lee algún menor al que le guste el género de terror y algo de gore, y no es sensible, por mi encantadísima.

Pero no. No es recomendable a menores.

9º) A raíz de esta historia ¿Has empezado a hablar con los actores que interpretan a los moradores?¿ Qué tal te llevas con ellos?

Pues sí. Hablo con ellos, sé que me leen....Y de hecho me lo han demostrado soltándome alguna que otra frasecita. Como aquella del Enterrador cierto día: “Cris, el Emperador está muy enfadado contigo” -Risas- Me encanta, porque cada vez que entro interactúan mucho conmigo, y siempre me llevo alguna que otra sorpresa. Son todos geniales. He tenido incluso la oportunidad de conocer a algunos de ellos fuera del papel de moradores ( a unos porque los entrevisté y a otros porque los pillé a la salida de espectáculo) y la verdad es que da gusto que sean tan cercanos con los fans del espectáculo.

10º) ¿Te gustaría trabajar como moradora?

Me encantaría, aunque no tengo experiencia, y veo muy dificil que se dé el caso. No obstante, si los moradores me enseñan, yo encantada de aprender. -Risas-

11º ) Volviendo al libro ¿Tienes colaboradores que te ayuden a elaborar el libro?

Al principio empecé sola, pero últimamente, cuando me quedo sin ideas recurro a un par de fieles seguidores:Álvaro (Tar Sekelthor y también mi entrevistador) -Risas- y José, al que considero mi primer fan. Él fue el primero que me dijo que le encantaba el relato.

Ambos me ayudan con ideas cuando se me acaba la inspiración.

12º) ¿ Dónde buscas inspiración para tu relato?

No me hace falta mucho: Buena música que me de caña y me haga visualizar las escenas, mi mente (que a veces es capaz de tejer unas barbaridades impresionantes y ser muy sádica), y las ideas de mis colaboradores ocasionales.

13º) ¿Te sientes frustrada alguna vez?

Cuando me quedo sin ideas y estoy varios días sin publicar en el blog por eso. Siento que de alguna manera fallo a mis seguidores. Pero ésto es como todo. Si no vienen las ideas, no vienen. (Es que ha habido veces que he publicado entradas diarias, y a la mínima que no publico en poco tiempo, pienso en mis seguidores que esperan que continúe) y me frustro un poco, sí.

14º) Tengo entendido que hace poco has creado una web de fans de tu relato. ¿ Qué tal la experiencia?

Genial. No me esperaba tanta acogida. Sólo llevamos tres días en marcha y ya contamos con veintisiete seguidores. La verdad, para mi es algo iincreible, porque me alegra saber que algo que empezó siendo una tontería ha acabado no siéndolo tanto y es del interés de la gente.

15º) ¿Qué podemos encontrarnos en ella?¿Tienes colaboradores que te ayuden?

Pues de momento podéis encontraros fotos junto con los capítulos de “Visita al Viejo Caserón” desde el principio para que los fans puedan comentar, decir qué les parece (en mi blog echo en falta opiniones y es bueno saber qué le parece la historia a la gente), y que los que no son fans se “enganchen” a la historia desde el principio.

También colgaremos curiosidades que tienen que ver con el relato (canciones que me inspiran a la hora de escribirlo, curiosidades...Y puede que hasta alguna que otra sorpresa muy pronto). De momento, os damos la bienvenida con cierto reportaje sobre el Viejo Caserón que hice hace algún tiempo...

Os dejo el link de la página: Club de Fans “Visita al Viejo Caserón”: www.facebook.com/CFVAVC

Sí tengo colaboradores. Mis habituales: Tar Sekelthor y José. Ellos llevan conmigo la página.

16º) ¿ Colaboras con la web de El Viejo Caserón Fans?

Mucho. Siempre que hay algún evento, mando fotos con los moradores y demás. Y tuve el placer de entrevistar a Dani, administrador de la página.

¡Pasaos, es muy interesante!

17º) Una vez concluya tu relato ¿Qué planes tienes para el futuro? ¿Más sobre el Viejo Caserón?

Decían los Loquillo: “No hables de futuro, es una ilusión cuando el Rock ´n ´Roll está en tu corazón”.

Pues eso. No puedo habar de futuro, entre otras cosas porque aún no he acabado el relato. No sé que pasará después... -Risas-


Entrevista realizada por Álvaro (Tar Sekelthor)

martes, 27 de agosto de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 7

CAPÍTULO 7: MUÑECA DE TRAPO


-¡Selman, por favor!¡Para!-Lloro.-¡No!-

Entonces, contra todo pronóstico, se detiene y baja el hacha lentamente, poco a poco, recreándose en la angustia y la confusión que me produce verle así.

Sorprendida por su reacción miro boquiabierta a los ojos a Selman, completamente oscuros. No me achanto y le hablo.

-Tú no eres como ellos, Sel. Me sacaste del manicomio ¿Recuerdas? El Amo lord Malevus me encerró y tú prometiste salvarme, me convertiste en vampira y...-Mi voz se apaga y tiemblo al sentir el frío contacto de la mano de él, que acaricia mi mejilla despacio.

Sus ojos se clavan en mí. No puedo descifrar esa mirada, porque es completamente oscura.

-Me...me convertiste en vampira y...prometiste protegerme.-Sigo hablando mientras tiemblo y veo cómo acerca su cara a la mía.-Teníamos un vínculo....- Digo mientras compruebo que en sus labios se dibuja una sonrisa cariñosa.

Sonríe como antaño, pero en apenas unos segundos esa sonrisa amistosa se va desdibujando y de nuevo aparece esa sonrisa demente, fría, lejana...La sonrisa de un morador, que no tarda en mutar en carcajada maléfica mientras coge el hacha y me corta una pierna con un rápido movimiento.

¡Dios!

Grito y el dolor se apodera de mí mientras él sigue sonriendo y me dice:

-Yo sólo me debo al Emperador.- Vuelve a alzar el hacha y me corta la otra pierna sin ningún tipo de miramientos ni compasión.

Vuelvo a gritar y rompo en llanto. La sangre mana a borbotones. Todos los moradores empiezan a reirse con risitas agudas e histéricas mientras se acercan lentamente, relamiéndose.

Blood, Ymir, Espiral, Regan, Segismundo, Jason, el monje de la abadía, Ghostface, Myers, Willis, incluso los Just4Rides y Dani.

Los veo agacharse y lamer el riachuelo de sangre que corre por la estancia mientras un terrible dolor me consume.

Entonces, Sel me coge de las caderas y me estira, hasta el punto en que las cadenas que me sujetan los brazos se tensan lo máximo. Gimo. Oigo un chasquido. Mis huesos están a punto de romperse. Sel sigue estirando de mis caderas haciendo que mis brazos se tensen más y más. No soporto el dolor, y entonces, él para, coge el hacha y me corta los brazos a la altura del codo. Ruedo y caigo boca abajo, golpeándome la nariz mientras giro. Grito de dolor. Y Selman se arrodilla a mi lado. La sangre empapa mi rostro y él la lame suavemente. Cierro los ojos y giro la cara. Él se levanta y me mira sonriendo. De nuevo esa sonrisa maliciosa: sonrisa de un auténtico morador.
Vuelve a levantar el hacha, dispuesto a decapitarme.

Ni quiero ni tengo fuerza para suplicar.Me siento como una muñeca de trapo en sus manos. Cierro los ojos y grito con toda la fuerza que me permiten mis cuerdas vocales. Mi grito lo ahoga el de Selman, que proclama:

-¡Por vos, mi señor!-Dice mirando al Emperador antes de volverse de nuevo a mí y arquearse levantando el hacha dispuesto a dar el golpe final, pero la voz del inquisidor le detiene.

-¡Basta!-

El vampiro se para en seco y baja el hacha, mirando a Tar, como esperando órdenes.

-Ya es hora de que te inclines ante el Emperador, si es verdad que tanto te debes a él.- Dice con cierto aire chulesco.

Sel suelta el hacha y se dirige lentamente hacia el Emperador, que ahora está sentado en una silla muy ornamentada de la que yo no me he dado cuenta hasta ahora.

Se inclina ante su señor, que le pone una mano sobre la cabeza y, del mismo modo que en las novelas se nombra a caballeros, a él le nombra morador del Viejo Caserón.

-Yo te nombro de nuevo- Dice con cierto aire hastiado, resaltando el “de nuevo”.- Selman, morador y vampiro del Viejo Caserón.

Y yo mientras tanto, ahí tirada. Sin brazos, sin piernas, empapada en sangre, intentado acallar mis gritos.

El olor a sangre me marea. Clavo mi vista en la bóveda mientras oigo como los moradores felicitan a Selman por su definitiva entrada al Lado Oscuro.

A mí todo me da vueltas. Miro a un lado y veo a Tar aproximarse a mí haciendo malabares con dos antorchas prendidas.

Se detiene junto a mí.

A la luz de las antorchas me percato de que sus ojos antes castaños ahora son amarillos.

Nos sostenemos la mirada. La de él, deseosa de venganza; la mía, suplicante.

Se arrodilla junto a mí y dirige a los muñones de mis piernas las dos antorchas. Grito de dolor mientras oigo el crepitar de las llamas contra mi piel al cauterizarse las heridas. De las piernas pasa a los muñones de mis brazos, y de nuevo aúllo ante el suplicio. De nuevo brotan lágrimas de mis ojos mientras giro compulsivamente la cabeza de un lado a otro. Es la única extremidad que puedo mover aparte de convulsionar mi maltrecho tronco...

-¿Encima que curo tus heridas me lo pagas así?- Dice el inquisidor. Me coge del cuello, me levanta y me estampa contra la pared, impidiéndome respirar.

Mi mente grita su deseo de morir.

-Quiere que la mates, Tar. Está deseando que la mates.-Dice el Emperador leyendo mis pensamientos.

En ese momento, Tar suelta mi cuello, cuya mano es sustituida por una gruesa cadena que me inmoviliza a la pared, impidiéndome moverme.

-¿Sabes?-Me susurra.- Has turbado mucho la vida en éste Caserón. Por Lucifer te juro que si por todos nosotros fuera, los moradores habríamos dado buena cuenta de ti hace tiempo. Pero el Emperador te quiere viva. Quiere que pagues. Que sufras. Y yo también, para que vamos a negarlo. Pero no sólo nosotros, también mis hermanos. ¿Verdad?- Pregunta.

-Sí.-Corean todos.

El inquisidor sonríe y mira al Emperador esperando órdenes.
-Procede.-Ordena.


Le veo sonreir y acercarse a mi. No tengo escapatoria. Lo sé. Y me preparo para lo peor...

lunes, 26 de agosto de 2013

entrevista a Rocky Necronomicón, ex morador del Viejo Caserón

Todo es un ir y volver; un entrar y salir; un terminar y empezar de nuevo. Por desgracia, en el Viejo Caserón ésto también es así. Ayer acabó un ciclo para uno de sus moradores, Rocky Necronomicón, que ha tenido la amabilidad de concederme ésta entrevista y contarme su experiencia.

1-¿Durante cuánto tiempo has sido morador del Viejo Caserón?

Comencé en El Viejo Caserón en febrero de este año para un evento de promoción de la película “Paranormal Activity 4”. Después de eso el responsable del espectáculo me quería a tiempo completo pero no tenía tanta disponibilidad. Volví en Semana Santa y durante varios fines de semana hasta el mes de junio y finalmente a tiempo completo durante la época de verano.

2-¿Qué te llevó a trabajar en el Caserón?

Durante la temporada de Halloween de 2012 estaba en el Pasaje del Terror Necronomicón haciendo el personaje de Motosierra y el actual responsable del Caserón era nuestro supervisor, al parecer le gustó mucho mi forma de trabajar y además hicimos buena amistad y por eso me ofreció la oportunidad de formar parte del elenco del Caserón.

3-¿Cómo recuerdas tu primer día como morador?

Se podría decir que tuve dos debuts, uno el día de Paranormal Activity y otro el primer día de Semana Santa. El día de Paranormal Activity me tocó hacer dos personajes por grupo y mientras los visitantes continuaban el recorrido tenía que cambiar de puesto y de ropa antes de que llegaran, por suerte ese día el Parque estaba cerrado al público y solo tuvimos que hacer 4 grupos que habían ganando las entradas en un concurso de televisión. Lo peor de ese día fue ir de un cuadro a otro prácticamente a oscuras, a toda prisa y sin conocer el Caserón. Por otro lado, el debut oficial con público en Semana Santa estaba super nervioso, pese a que la motosierra que utilizaba era la misma que en Necronomicón, la presión de saber que estaba en El Viejo Caserón y que la gente había pagado por entrar era bastante grande; por suerte cada día me iba relajando un poco más.

4-¿Cuál ha sido tu experiencia como actor en el espectáculo?

La experiencia de ser un Morador del Caserón ha sido increible. Ver las reacciones de la gente y saber que es por tu culpa es algo alucinante, además todo el equipo de actores son gente estupenda y en el camerino siempre hay muy buen rollo.

5- ¿Qué personajes has interpretado? De todos ellos ¿Hay alguno al que le tengas especial cariño, algún favorito? ¿Por qué?

Dentro del Caserón he interpretado cuatro personajes: Señor Calderas (Freddy Krueguer), Motosierra (Jason/Leatherface), Hannibal Lecter y Zombie. Es difícil elegir uno en concreto pero creo que me quedaría con Hannibal Lecter porque es el único de los cuatro en el que puedes hablar con los visitantes e interactuar más con ellos y eso es muy divertido.

Señor Calderas (Freddy Krueger)
Foto cedida por Rocky extraída de su página de Facebook
"Rocky Necronomicón"

Hannibal Lecter
Foto cedida por Rocky extraída de su página de Facebook
"Rocky Necronomicón"
Motosierra (Jason/Leatherface)
Foto cedida por Rocky extraída de su página de Facebook
"Rocky Necronomicón"


Zombie
Foto cedida por Rocky extraída de su página de Facebook
"Rocky Necronomicón"


6-¿Qué sentías al asustar a la gente?

La principal sensación que experimentaba al asustar a la gente era poder y supremacía. me sentía como un ser superior y dominante la mayor parte del tiempo. Es una sensación increíble.

7-¿Y no te apiadabas de la pobre gente que se asustaba a tu paso?

Jamás me he apiadado de la gente, todo lo contrario, siempre me he centrado en ir a por el más débil del grupo; puede sonar cruel pero así somos los monstruos. Solo me apiadé una vez que una mujer se desmayó en la Cripta y tuve que sacarla por la salida de emergencia.

8- ¿Has recorrido el Caserón como visitante? 

Fue en el año 2009, estaba muy nervioso y sugestionado, no pude terminar el recorrido y el actual responsable del espectáculo me sacó por la puerta de Arrepentidos en aquel entonces.

9-¿Crees que te impresionaría el Caserón si entraras como visitante, ahora que has sido morador?

He pasado varias veces como visitante durante el tiempo que he estado trabajando en el espectáculo y por desgracia ya no me impresiona porque es como mi casa, me conozco todos los pasadizos y sé donde está cada impacto.

10-Podemos ver que en Facebook hay una página con tu nombre artístico, “Rocky Necronomicón” ¿Cuándo la creaste y con qué objetivos?

La página de Rocky Necronomicón la cree al terminar la temporada de Halloween del pasado año, el objetivo era intentar recopilar las fotos que la gente se había hecho conmigo durante las salidas zombies de noviembre. En aquel momento no pensaba que fuera a volver al Pasaje de Navidad “Horror Christmas” ni mucho menos que formaría parte de El Viejo Caserón unos meses después.

11- ¿Cómo valorarías la acogida que ha tenido la página? ¿Has tenido la oportunidad de conocer a fans del espectáculo gracias a ella?

A día de hoy tengo 45 seguidores en la página y varios de ellos me han demostrado un cariño y un reconocimiento que jamás pensé que tendrían los Moradores. Por suerte he podido conocer en persona a alguno de mis seguidores y para mi ha sido una experiencia muy agradable y positiva.

12-¿Qué va a ser ahora de la página?

Esa es una buena pregunta. Supongo que seguirá abierta pero no creo que la actualice apenas, estando fuera del espectáculo no habrá mucho más que contar.

13-¿Cómo fue tu última tarde como morador del Caserón?

Mi última tarde en El Caserón no fue muy diferente de las demás hasta que miraba el reloj del Caserón y vi que cada vez iba quedando menos y menos tiempo para el final. En todos los grupos intenté esforzarme al máximo y darlo todo hasta que último grupo del día salió por la puerta y me quedé solo en La Morgue con la motosierra en la mano, la máscara puesta y la música y las luces del cuadro encendidas. El peor momento llegó con la despedida de los compañeros en el camerino.

14-¿Cómo ves tu futuro después del Viejo Caserón?

El futuro de Rocky Necronomicón es imposible de saber. Puede que la semana que viene haga una aparición más, puede que vuelva durante la temporada de Halloween, pueda que vuelva el próximo año, puede que vuelva en un futuro un poco más lejano o puede que el personaje haya muerto definitivamente.

15- No me puedo despedir sin preguntarte el por qué de tu nombre artístico: “Rocky Necronomicón”. ¿Por qué elegiste ese nombre?

Elegí el nombre de Rocky Necronomicón de una forma muy sencilla. Siempre he utilizado el pseudónimo, apodo o nick de "Rocky" para identificarme en páginas de Internet o videojuegos pero para un personaje me parecía un nombre simple así que decidí añadirle el apellido "Necronomicón" para hacer referencia al Pasaje en que había trabajado cuando creé la página.

Muchas gracias por tu tiempo, Rocky, que tengas suerte y...
¡Nos vemos en el infierno!...O tal vez en el Caserón, ¿Quién sabe? :)

Muchas gracias a ti por tu interés en mi, en el resto de Moradores y en espectáculo, es un placer contactar con gente como tú.


"De momento volveré al infierno a continuar con mis labores de Guardian de las puertas del Infierno, Captador de Almas Malditas y Brazo ejecutor del Diablo" - Rocky Necronomicón.

Relato "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 6

CAPÍTULO 6: TORTURA


La habitación se transforma en lo que parece ser un cuarto de torturas del mismísimo tribunal de la Inquisición, apareciendo por arte de magia varios instrumentos de tortura: una silla llena de pinchos, una “Dama de Hierro” (especie de cubículo en el que se metía al torturado, que no tardaba en sufrir lo insufrible pinchándose con los clavos que el habitáculo albergaba en su interior), un potro de torturas, varios látigos, collares provistos de pinchos....

Tar aspira el aire:

-Ahh...Viejos recuerdos del oficio...Así está mejor. Hace tanto que no ajusticiaba a nadie en el Caserón...No te asustes por toda esta parafernalia, Cris. Sólo es un decorado. Lo que le haremos a él será mil veces peor...-Sonríe.

-Adelante, inquisidor.-Dice el Emperador.

Tar asiente.

-Sí, mi señor.- Dice haciendo una seña a los moradores, que se acercan a Selman y empiezan a torturarle, cada uno a su manera:

Espiral coge su cuello y le clava la jeringuilla; Dani, Iri y Adri empiezan a mordisquearle Blood, con el cuchillo entre los dientes recorre con sus manos el cuerpo de Sel pensando dónde clavar su arma, ríe, coge el cuchillo y se lo hunde en el estómago. Sel grita, y la sangre oscura empieza a brotar de su estómago y de su boca; El payaso Ymir aparece de pronto y, como si hiciera un truco de magia, saca de detrás de la oreja de Sel un hacha, y empieza a fingir que corta el cuello del vampiro...Me temo lo peor y grito mientras veo como Tar se acerca al vampiro con el mechero encendido.

-¡No!-Grito.

Una mordaza aparece tapando mi boca de repente. Aun así continúo gritando mientras veo como la bóveda se vuelve a abrir y el sol alcanza a Selman, al que otra vez empiezan a brotarle ampollas. Ésta vez el sol le da largo rato y empieza a convertirse en ceniza poco a poco...Entonces, la bóveda vuelve a cerrarse. Parece que el inquisidor quiere hacerle sufrir de verdad. Disfruta con su dolor

-Y ahora, mi toque personal, Aunque no haga mucha falta, porque ya se está churruscando....-Ríe

Los moradores se apartan y dejan que Tar prenda fuego a Sel, que empieza a arder mientras se retuerce de dolor. Las llamas se mezclan con la luz del sol que le da directamente al vampiro, que no deja de gritar....

No soporto verlo y cierro los ojos.

Tras un breve instante, los aullidos del vampiro cesan y abro los ojos. La bóveda se ha cerrado. Ya no entra sol. El Emperador tiene las manos sobre la cabeza de Sel y un haz de luz rojiza brota de la mano del Emperador...No entiendo nada.

Veo como Selman se suelta de las cadenas fácilmente y viene hacia mi, mientras Tar ríe y dice:

-Ahora sí que vas a sufrir, Cris...- Se carcajea mientras se vuelve hacia Selman, que ya ha llegado a mi lado, para decirle:

-Demuestra tu lealtad, morador.-
Selman se acerca a mi con una mirada distinta: fría, distante, dura, y una sonrisa retorcida en sus labios.

Sin más ni más, me pega un puñetazo en la cara que me hace girarla por la violencia del golpe. La sangre brota y siento su sabor en mi boca mientras muerdo con fuerza la mordaza, que poco después Selman se encarga de quitarme.

-Quiero oirte gritar., Cris. ¡Blood, Ymir!-Dice mientras extiende el brazo y espera a que Blood y el payaso le den cuchillo y hacha respectivamente.

-Selman, por favor. Tú no eras así...Dijiste...Dijiste que me ayudarías a escapar. Casi lo conseguimos....-

-Yo sólo me debo al Emperador.- Sentencia él mientras posa el hacha en el suelo y se arrodilla a mi lado tranquilamente mientras me raja el estómago. Grito mientras me retuerzo y veo como, con mucha tranquilidad, me pasa el cuchillo por uno de mis brazos rajándomelo de arriba a abajo lentamente, recreándose, disfrutando con mi dolor, con mis sollozos, con mis gritos....

Me echo a llorar hasta que vuelvo a gritar con toda la rabia acumulada. Me siento impotente. No puedo moverme. No tengo escapatoria.

Veo cómo Selman relame el cuchillo después de haberme acuchillado, cómo lo posa en el suelo para coger el hacha, levantarse y alzarlo como si me fuese a cortar la cabeza.


Se prepara, lo levanta sobre su cabeza. Su cuerpo se arquea hacia atrás listo para dar el hachazo, y entonces....

sábado, 24 de agosto de 2013

Relato: Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas. Capitulo 5

CAPITULO 5: LA BÓVEDA DE HELIOS


Camino a tientas por el oscuro pasillo, con miedo a tropezarme. No se ve nada. Y entonces...Escucho la voz de Selman.

-¡Cris!¡Avanza sin miedo!¡Al final verás la luz!¡Date prisa, tienes que salvarme!-

Es una voz desgarradora y envuelta en miedo. Terror, diría yo. Cada grito suyo me empuja a dar un paso más a través de la oscuridad. Hasta que diviso la luz al final del pasadizo....

Una puerta abierta, y la voz del vampiro cada vez más cerca suplicando ayuda.

Según me acerco, aumenta un asqueroso olor como a carne quemada. Hago una mueca de asco mientras corro como puedo, haciendo caso omiso del dolor que desgarra mis entrañas, y entro en la habitación, que no es la cripta, ni mucho menos. El panorama allí es dantesco, el olor, nauseabundo. Contengo una arcada mientras grito por lo que ven mis ojos: Óscar es ahora un cadáver calcinado solo reconocible por los restos del colgante que pende de su cuello. Aún humea y me doy cuenta de que poco a poco se está deshaciendo, convirtiéndose en polvo. Grito de rabia, y entonces vuelvo a oír a Selman, que con un hilo de voz, me dice:

-Cristina...Por favor....ayúdame....-

Me doy la vuelta y rompo a llorar.

Me acerco a él, que está tumbado en una larga mesa con dos grilletes que le aprisionan las manos y otros dos aprisionándole los pies.

Llego a él y me quedo a su lado, sin atreverme a tocarle. Está llorando, muerto de dolor, retorciéndose intentando desencadenarse de los grilletes de las manos y los pies, pero éstos no ceden. Le miro y grito con toda mi alma mientras alzo mi vista al cielo. Sólo una mirada ha bastado para darme cuenta de su deplorable estado: heridas que no parar de supurar un pus negro, mezclado con su sangre de color oscuro, ampollas por todos lados, como si se hubiera quemado, como si...

Me echo a llorar sobre él.

-¡Selman! ¿Quién te ha hecho ésto?- Sollozo.

Una risita suena detrás de mi mientras alguien posa su mano en mi hombro y veo aparecer una mano sosteniendo un mechero encendido.

-Yo.- Me dice la voz de Tar, el inquisidor.

Me giro, le miro. El mechero me roza peligrosamente. La voz de Selman es quejido puro, pidiéndome ayuda.

-¡Bueno, pero yo también ayudé!- Dice una voz. Y veo aparecer tras una esquina a Ghostface, uno de los Movie Maniacs mostrándome su cuchillo ensangrentado.- Éste cuchillo hace maravillas....-

-Sí. -Corrobora Tar.- Digamos que Ghostface se ha ocupado de la parte física, yo de la pirotécnica. Al vampirito le favorecen las quemaduras.-Ríe y acto seguido veo como le hace un gesto al psicópata, que se va junto a Selman y empieza a hurgar en sus heridas con la mano. Cierro los ojos y vuelvo a mirar arriba, impotente.

Tar me dice:

-¡Ah! No te he enseñado mi bóveda, ¿No? Cris, aquí tienes la bóveda de Helios, en honor al dios del sol griego. ¿Hace falta que te explique cómo funciona?-Rie.

Me doy cuenta de la bóveda que cubre el techo. Una cúpula de lo más normal, pero que no refleja el exterior porque es de metal.

-Tu amiguito Óscar ya la conoce...-Rie Tar.

Miro el cadáver de Óscar, o lo que queda de él ahora: una puñado de cenizas y me echo a llorar.

En esto, oigo un tremendo chirrido y noto cómo el sol va iluminando la habitación poco a poco. Salgo corriendo gritando de rabia mientras oigo como Selman grita incluso antes de que el sol toque su piel y corro hacia él, pero Tar me frena. Me aprisiona el cuello con el brazo y me gira la cabeza para que mire a Selman.

Lloro y grito mientras Sel se retuerce intentando usar toda su fuerza para liberarse, pero es en vano. Está demasiado débil. Las heridas y las quemaduras hacen imposible que pueda moverse mucho.

Intento librarme del inquisidor mientras la bóveda sigue avanzando, abriéndose poco a poco.

Recorro la habitación con la mirada y me doy cuenta de que al otro lado hay una mesa cubierta por un mantel o algo parecido.

Le pego un pisotón a Tar, que grita, y me suelta mientras yo aprovecho para salir corriendo hacia la mesa del mantel.

Los gritos de Sel retumban en mis oídos. El sol ha llegado hasta él, su gabardina de cuero se deshace hasta volverse líquida y ahora las ampollas empiezan a cubrir su cuerpo.

Saco fuerzas de flaqueza para llegar hasta la mesa y pegar un tirón del mantel y correr a cubrir al vampiro con él, poniéndome después delante de él, intentando defenderle.

Tar acciona una palanca y la cúpula vuelve a cerrarse lentamente mientras miro al inquisidor, horrorizada.

-¡¿Por qué, Tar?! ¡¿Por qué?!-Le grito furiosa.

-¿Quieres saber por qué, Cris?- Me responde.- Porque me lo puedo permitir, porque me gusta hacerlo, porque es mi deber, y porque hasta ahora has demostrado ser alguien débil que se deja llevar fácilmente por sus emociones intentando salvar a tus amigos e incluso intentando huir. Y porque te mereces una gran lección por no mostrar lealtad a quién se la debes. ¿Y qué mejor que hacer daño a la única persona en la que confías?-Sonríe.- Aunque quizás él sí quiera unirse a nosotros...-Mira a Selman.-Y entonces, tal vez tú sigas su camino.- Me mira a mí.-

Suena un terrible portazo y aparece el Emperador. ¿Cómo es posible que esté perfectamente? Hace un rato le he clavado mis cuchillas antes de huir y ahora...

Ríe.

-Hay muchas cosas que desconoces, Cristina. Y que si no te unes definitivamente a nosotros te quedarás sin conocer...Porque morirás irremediablemente. Yo que tenía la esperanza de que te unieras a nosotros...Te escogí por tener ese espíritu amante del miedo y miedoso a la misma vez. Esos nervios, esa tensión al entrar aquí. Recuerdo tu cabeza agachada cuando hablé contigo en la biblioteca, parecías estar dispuesta a obedecerme... Tenías unas ganas terribles de entrar, estás dentro, ¿Y ahora intentas irte? Sabes que no lo vas a conseguir....Mis siervos no te lo van a poner nada fácil. Puede que hayan sido tus amigos durante tu estancia aquí, pero con un simple chasquear de dedos puedo hacer que todo cambie....Y lo sabes.-

Callo y cuanto más habla el Emperador, más rabia se acumula en mi interior.

-No eres como Tar, por ejemplo. Él es fuerte, y está dispuesto a sacrificarlo todo por su señor, ¿A qué si, Tar?-Pregunta.

-Sí, mi señor.-Responde él mientras se acerca a Selman y le destapa frotándose las manos y sonríendo.

-¿Qué podemos hacer contigo?-Pregunta dirigiéndose a él.

Pego un salto y voy hacia Tar y le intento apartar.

-¡No le vas a hacer nada mientras yo pueda impedirlo!- Le chillo, pero él me aparta y me tira al suelo con suma facilidad.

En ese momento y por arte de magia dos grandes grilletes aparecen en mis manos: ya ni siquiera puedo usar las cuchillas.

Resoplo y cuando voy a levantarme, me aparecen sendos grilletes en los pies. No puedo moverme, y observo impotente cómo empiezan a entrar moradores a la sala, todos sonriendo mientras se acercan a Selman y se sitúan a su alrededor, blandiendo sus armas y relamiéndose.

-Todos ellos me sirven bien. Todos. Empezando por Tar, pasando por Espiral, Segismundo, Blood, Jason, Nosferatu, la poseída, los Movie Maniacs (Y eso que acaban de llegar, como quien dice)....Incluso el enterrador de fuera sabe a quién se debe. ¡Incluso Sara la taquillera sabe cuál es su cometido!¡Hasta Adri, Irina y Dani!...Todos son unos siervos de diez. No como tú, esclava de pacotilla..Pero eso va a cambiar en cuanto veas sufrir a éste.- Señala a Selman, que ha cerrado los ojos para evitar ver el panorama que hay ante él.

Tar interviene:

-Y tú vampirillo patético vete preparando, porque el jueguecito de la bóveda es lo mínimo que te vamos a hacer...-Le dice a Sel acercándose.

Intento levantarme, pero es inútil.

-Eres un...¡Cabrón!-Grito enrabietada al inquisidor.

Me tira un beso.


-Lo sé, gracias. Y ahora cállate, que empieza el espectáculo- Sonríe y se acerca más a Selman...

lunes, 19 de agosto de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 4

CAPITULO 4: DÍA 3: EL INQUISIDOR


Día 3. 6:06 de la mañana...

Me despierto. Abro los ojos tranquilamente y noto cómo mis pies se mueven mecánicamente hasta el aposento del inquisidor, situado en un lateral de la abadía. Ni siquiera hace falta que el Emperador me ordene nada. Mi deseo de venganza es mucho más poderoso, y crece con cada paso que doy hacia la habitación de Tar, cuya puerta abro. Chirría. Maldigo mi suerte mientras la empujo lo más despacio que puedo para evitar hacer el menor ruido a fin de que el inquisidor no saga de su sueño.

Cierro la puerta lo más despacio que puedo y, alzando mis cuchillas me acerco al lecho de Tar, que, efectivamente, yace durmiendo.

Me acerco a él y le observo con una sonrisilla siniestra en mis labios.

Duerme, y su gesto es extremadamente vulnerable. Sonrío y alzo mis cuchillas dispuesta a darle muerte, pero entonces...Abre los ojos, sonríe y se desarropa, enseñándome la daga que lleva en la mano y que escondía bajo las sábanas. Seguro que ya se olía que yo vendría y por eso se ha puesto en guardia.

Maldito...

Pega un salto y se abalanza sobre mí, sin darme tiempo de reacción mientras con una sonrisa retorcida me oprime el cuello con la mano mientras con la otra blande la daga contra mi estómago sin llegar a clavármela.

Siento el dolor de mi cuerpo muerto apoderarse de mi. Y no reacciono. Sonrío a Tar con pena. Quiero vengarme, sí, pero me siento demasiado débil como para intentar nada. Todas las heridas que tiene mi cuerpo, las quemaduras y el dolor que arrastra son suficientes para que en mi boca se dibuje una sonrisa penosa que hace a Tar bajar la daga y tirarme violentamente al suelo, resoplando con furia, mientras yo me arrastro como puedo fuera del aposento y de la abadía.

¿Por qué me ha soltado Tar?¿Acaso no quería vengarse tanto como yo?

Me levanto y voy renqueando a la biblioteca, echo un vistazo por todas las estanterías en busca de algo que me ayude a esclarecer quién demonios es Tar Sekelthor, el inquisidor del Viejo Caserón.

Entre tantos libros diviso algo que me llama poderosamente la atención:

Un libro, de elegantes tapas de cuero negro. El título está escrito en elegantes letras góticas doradas, y en latín: “Discípulus inquisitionis” (Alumno de la Inquisición).

Miro a un lado y a otro asegurándome de que nadie puede verme ni viene tras de mí, y lo ojeo.

Es una especie de manual para adoctrinar a futuros inquisidores.

Incluye desde la manera de vestir, pasando por los discursos en los Autos de Fe, hasta cómo echar correctamente y sin sufrir daño alguno en la hoguera ciertos polvos que teñían la fogata de colores, a fin de hacer creer que los ajusticiados eran verdaderos herejes.

Sonrío y vuelvo casi retorciéndome de dolor hasta el aposento de Tar. Me le encuentro en actitud reflexiva, sentado sobre su lecho, con las manos sobre su rostro, pensativo.

Cierro la puerta despacio y me acerco a él.

-No eres un antiguo inquisidor, ¿Verdad?- Le pregunto seria con el libro entre mis manos, mostrándoselo.

-No te importa.- Me dice con frialdad.

Ya estamos...Otro al que me va a costar hacer aflorar sus recuerdos o lo que sea que tenga que hacer aflorar para saber por qué se comporta así. Pero no sé por donde tirar, porque no es gran cosa, sólo es un manual....Suspiro y le muestro el libro.

Él no reconoce el libro, al menos en un principio.

-Ésto estaba en la biblioteca. ¿Te suena?-Le digo dándole el manual.

Niega con la cabeza.

-No.-

Sonrío.

-Pues vienen cosas muy pero que muy interesantes: por ejemplo como embaucar al pueblo para que delate a los supuestos herejes, cómo llevar a cabo un buen Auto de Fe...además de una larga y exhaustiva lección de historia sobre la Inquisición...Y no es precisamente un libro moderno, ya tiene sus años...- Digo sonriendo mientras él se queda mirando embobado el libro, pasando las páginas con cuidado, hasta que sus ojos suben y se detienen en los míos.

-No, no era inquisidor.-Dice por fin suspirando. Mi vida no tenía que ver con la religión para nada. Sí, creía en Dios, pero ni mucho menos de la ferviente manera que lo hacían los inquisidores.-

-Y entonces ¿Qué te llevó a serlo, Tar?- Pregunto.

Sus ojos arden. Veo su mirada ardiente de odio abrasándome. Sé que si quiere puede matarme en este mismo instante. Sé que es mucho lo que me juego y que mi vida pende de un hilo.

-Tú quieres saber mucho, ¿no?- Me pregunta con voz dura.

Él suspira.

-No era inquisidor, no. Al menos no en vida...-Comienza.

-En mi otra vida era el señor de un señorío medieval. Pero no como los que por aquella época rondaban: despiadados, sin corazón y sin ningún tipo de miramientos para con los campesinos que trabajaban sus tierras, no. Yo me consideraba un hombre justo que miraba por sus jornaleros como el que más, y eso despertó la ira del señor del señorío vecino. Por eso me delató como hereje a la Inquisición.-

Yo asiento, atenta, mientras escucho intrigada.


-Me delató como hereje ante el Santo Oficio, sí. Y la ira se apoderó de mí. Y antes de que los siervos de Dios vinieran a por mí, huí. Y cuando me creí libre de ellos, volví, pero lo que me encontré al llegar a casa fue algo horrible...-Rompe a llorar.

-¿Qué pasó, Tar?-Digo tocándole el hombro intentando acercarme a él.

-¡No me toques!-Dice helando de nuevo su mirada y acabando de explotar en llanto.

Me asusto y observo con pena como se lleva las manos a a cabeza y continúa llorando.

-Los inquisidores asesinaron a mi familia.... Todos mis vasallos y jornaleros yacían muertos. Mi castillo era una hoguera que prácticamente aún ardía. Cadáveres todavía humeantes, abrasados...Y pude reconocer, en la pira más grande, los cuerpos de mi esposa, mis hijos, mis padres y mi hermano menor.- Llora.

-...Y tú me recuerdas tanto a ella, Cris...-Me dice limpiándose el llanto.- Por eso no puedo matarte.- Me mira con lágrimas en los ojos.

-¿A quién te recuerdo?- Pregunto.

-A Luna..A mi hija Luna...-Me dice mirándome mientras sonríe y me coge de las manos.- Tienes sus ojos, su pelo...Y yo te lo he chamuscado...No tengo perdón, Cris....-Me abraza y llora.

Le arrullo e intento consolarle, dejándole que derrame lágrimas que caen por mi espalda y que se mezclan con la sangre que empapa mi chaqueta.

Me aparto suavemente y le miro.

-Ya está, Tar. Tranquilizate...-Le digo. Ya no hay restos del deseo de venganza en mí, no se por qué. Todo ha desaparecido.

-¡Luna!¡Te he dicho mil veces que no juguetees por las eras, entorpeces el trabajo de los jornaleros, cariño.- Me sonríe cariñosamente, pero su mirada está perdida, enloquecida, demente. Vive un flashback.

Intento traerle a la realidad.

-No has acabado de contarme, Tar...¿Qué pasó después? ¿Te vengaste?-Pregunto.

Parpadea, saliendo de su ensimismamiento y su sonrisa amorosa se vuelve retorcida, demente, como su mirada.

-Oh si, ya lo creo...-Sonríe.- Me vengué y le di lo que se merecía. Pero no me conformé con matar a su familia y a sus jornaleros, no...-Estalló en carcajadas.- ¡También le maté a él!- Dijo riéndose enloquecido.- Si, los maté a todos....-Sonrió.- Pero a los pocos días llegó el remordimiento. No sabía por qué lo había hecho...Incluso llegué a creer que algún tipo de espíritu maligno me poseyó.-

Ahora parece más relajado y habla más suave.

-No podía soportar tanta pena: habían asesinado a los míos, y la venganza me había cegado y me había llevado a asesinar a un hombre...-Continúa.

-Entonces apareció el Amo y me ofreció la posibilidad de purgar mi pena ejerciendo de inquisidor aquí. Al principio no lo entendía. No comprendía como el dolor de otros aplacaría el mío propio. No me cabía en la cabeza. ¿Yo? ¿Volver a matar? Ni hablar... Pero el Amo me convenció. Me dijo que todo pasaría, que sólo la muerte me ayudaría a dejar atrás la pena y el remordimiento que me consumía...Y acabé cediendo. Y él me enseñó todos los secretos de la Inquisición en éste libro.- Señala el manual que tiene entre sus manos.

Lo miro boquiabierta, asimilando su historia, pero entonces, la voz de Adri nos interrumpe:

-¡Se lo dije, señor! ¡Le dije que estaban aquí de charleta...!-Dice.

Le miro.

Está en la puerta del aposento, junto con Irina y Dani, el Emperador en medio, con un gesto muy serio en su rostro.

Tar susurra.

-El armario es una salida secreta que lleva a la cripta Córrelo y sal cuanto antes de aquí.-

Asiento y me dirijo al mueble renqueando, como puedo. Los zombis se dirigen a mi entre lamentos. Oigo sus gemidos cada vez más cerca y noto cómo el Emperador me tira del pelo atrayéndome hacia él. Me defiendo con las cuchillas, las hundo en su interior y cuando las saco, consigo arrastrarme hasta el armario, que corro como puedo, abriendo la puerta que hay tras él.


La cierro y me sumo en la oscuridad del pasadizo que se abre ante mí..

sábado, 10 de agosto de 2013

Relato "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" capitulo 3

CAPITULO 3: DÍA 3 -EXTRAÑO RITO-


En mi mente hay una niebla gris que poco a poco se va oscureciendo, transformándose en una masa de nubes completamente negras. Me agito en sueños. Sueños en los que todos los moradores del Viejo Caserón (todos menos Tar, el inquisidor que me asesinó) están a mi alrededor, guardando un solemne silencio mientras que el Emperador está arrodillado junto a mí que yazco tumbada, inconsciente. Le veo poner sus manos sobre mi cabeza mientras pronuncia en latín unas palabras en tono bastante serio.

-Profundis inferni Inferno, da mihi hanc potestatem animam et torquentur innocentia manente integra habitator Veterem Domum istam.....(“Demonios del averno más profundo, dadme poder para hacer de éste alma atormentada y con restos de inocencia una completa moradora de éste Viejo Caserón.”)-

Quiero moverme, pero no puedo. Ni siquiera puedo abrir los ojos. Los párpados me pesan, y sigo cayendo en el sueño, que parece cada vez más real. Parece que las palabras que pronuncia el Emperador las estoy oyendo junto a mí.

-Que la oscuridad y la ira se hagan en su corazón, que su alma se ennegrezca de una vez por todas, permitiéndola vengarse de aquel que acabó con su vida...-Dice, ésta vez en castellano.

-Ahora, cuando cuente tres, abrirás los ojos y buscarás a quien acabó contigo para darle lo que se merece... Uno, dos, tres.-

Abro los ojos y me levanto algo aturdida.

El dolor me sigue comiendo por dentro. Mis heridas no han curado y arrastro mis pies quemados como puedo por el suelo mientras avanzo mecánicamente en busca de mi asesino.

Al andar el dolor me hace soltar quejidos de dolor mientras camino casi arrastrándome. Entonces le veo.

Con un gesto demente en su cara, rodeado de pequeñas hogueritas apagadas y agrupando un montoncito de leña para hacer otra...

No lo entiendo. Supongo que en su locura sigue obsesionado con su antiguo oficio y por eso hace lo que hace.

Me da igual. Estoy aquí para vengarme. El Emperador lo ha ordenado, y mi deber es obedecer.

-Taaarr...-Le llamo con un gemido aterrador.

Tranquilamente, se da la vuelta y me sonríe.

-Ah, eres tú...- Dice mientras juguetea con un mechero Zippo plateado entre sus manos.

Lo enciende, lo apaga, sube y baja la tapa...Y yo no puedo evitar ponerme de los nervios.

-¿Qué te pasa, Cris?.- Dice acercándose a mí.- ¿Te da miedo una simple llamita atrapada en un mechero?-Se ríe mientras sigue jugando con el mechero.-¿Y si la libero?

Me acerco a él entre quejidos. El dolor me está matando. Mis pies abrasados se arrastran como pueden hasta Tar, que se aproxima con paso firme a mí, después de prender un tronco de leña y sostenerlo en su mano como si fuera una antorcha que blandiera amenazante.

Los nervios crecen por momentos, pero decido enfrentarme al inquisidor y sigo caminando renqueante y dolorida hasta él, que llega antes a mí y hace ademán de quemarme con la leña ardiendo. Lo esquivo como puedo y ataco por su flanco derecho, clavando mis cuchillas en su costado. Grita, pero enrabietado consigue atacarme con un movimiento de antorcha y hace que mi pelo se prenda y arda en llamas.

Empiezo a gritar y a llorar mientras instintivamente me llevo las manos al pelo, y no tardo en volver a sentir el dolor, ésta vez en mis manos que se abrasan. Grito y caigo al suelo. Mientras la voz del Emperador resuena en mi mente: “Cris, ríndete. No ha sido buena idea. Atacarás cuando esté más vulnerable”.

Instintivamente miro atrás, al Emperador, que está con todos los moradores presenciando el “combate”.

Niego con la cabeza.

-¡Y una mierda atacaré cuando esté vulnerable!- Digo entre lágrimas y aullidos de dolor mientras de nuevo con dificultad voy hasta Tar, que está de brazos cruzados al otro lado de la habitación esperando a que su lenta y dolorida rival llegue hasta él y consiga hacer algo si el dolor se lo permite.

Entonces, una fuerza invisible me arrastra al lado del Emperador mientras él me dice:

-Cuando esté vulnerable, Cris.-

Tar viene hacia mi pero al instante se para en seco.

-Sí, mi señor.-Dice.

Deduzco que ha sido cosa del Emperador, y no me da tiempo a pensar ni a deducir más porque de repente aparezco en la cripta, sin saber cómo ni por qué.

Aparezco tumbada en el que en mis tiempos de vampira era mi ataúd, que ahora está abierto.

El Emperador me mira con cierto gesto cariñoso, y yo espero sus órdenes.

-Sé que quieres vengarte, pequeña, pero tendrás que aprender que no todas las ocasiones son buenas para hacerlo. Hoy casi acaba contigo...-Sonrie.- Si quieres tener posibilidad alguna de ganar, tendrás que hacero cuando nuestro querido inquisidor esté vulnerable ¿Y cuándo lo estará? mientras duerme. Mientras esté dormido, tendrás posibilidad.- Me dice.

Le miro llena de ira. Me duele horrores la cabeza, he perdido pelo, mi melena está chamuscada, y mi cuerpo grita de dolor.

-Quiero vengarme.- Digo apretando los dientes enfadadísima, sin mostrárselo del todo al Emperador para no meterme en problemas.

Él se rie.


-Lo sé, ya te lo he dicho, pero ten un poco de paciencia...-La noche llegará antes de lo que imaginas, él se irá a dormir y tú tendrás tu ocasión, te lo aseguro. Ahora, mientras tanto, duerme, Cristina.- Me dice mientras pasa sus manos por mis ojos haciendo que se cierren y yo me suma en un sueño inquieto en el que sólo hay fuego y cientos de inquisidores con el rostro de Tar tras de mi...