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domingo, 26 de junio de 2016

Expediente Warren: el relato del caso

He aquí mi experiencia en el pasaje de PAM Expediente Warren... Eternamente agradecida a dos integrantes de la hermandad del Santísimo Impacto...¡Se os quiere! :)

Nos pusimos contra la pared de aquella antesala en la que a pesar de ser ancha se nos obligó a apelotonarnos unos contra otros, o quizá simplemente fue el miedo el que inconscientemente nos hizo no separarnos antes de entrar siquiera.

La puerta de la sala principal se abrió con violencia y apareció alguien alto, de apariencia desgarbada: camisa por fuera, pelo largo y desordenado y barba que nos dijo que en la casa a la que habíamos entrado se precisaba de nuestra ayuda porque se estaban viviendo fenómenos extraños, que nos deseaba suerte, que no sabía lo que nos podríamos encontrar...

Y mientras, desde una vitrina alguien nos observaba con una sonrisa burlona en su rostro...
...Annabelle...La muñeca poseída (o eso decía la leyenda): sus ojos vidriosos nos miraban petrificados; su sonrisa helada parecía ensancharse a ratos bajo el efecto de la luz titilante del expositor en el que estaba guardada.

Después de aquello, todo lo recuerdo a fragmentos, como si no quisiera recordar del todo...
¡Qué sabio el cerebro!: a veces es como si tuviera la capacidad de eliminar de sí aquellas situaciones de riesgo límite, porque os aseguro que lo que me pasó ahí dentro fue escalofriante...

Pasillos interminables, una siniestra habitación cuya pared estaba llena de cruces de madera, una sucia y mugrienta cocina...Poco más recuerdo salvo las voces...

Una voz aguda como de niño gritando.

-¡Criiiissss, ayúdame!-Me suplicaba.

Luchaba por no echar a correr, porque conocía la norma en lugares como ese: no se podía correr, ni parar, ni retroceder, pero era casi imposible porque mis compañeros de grupo parecían querer arrastrarme a la salida como fuera...

Luchaba por no correr mientras escuchaba rezos y gritos peligrosamente cerca de mi oído:

-¡In nomine patris, et fili....!¡Habéis cometido el peor pecado!¡SUICIDIO!¡Janet es nuestra!-

Una sombra me cogió del cuello e intentó arrastrarme con ella alejándome por unos segundos de mi acompañante; pude ver cómo lo que parecía ser una monja en el suelo me tendía su mano, otra me señalaba...

Mis gritos ahora eran risas nerviosas. Sentí un peso en la espalda: alguien se había subido encima de mí: intenté zafarme y oí una voz canturrear:

-El hombre encorvado irá a por ti, irá a por ti...-

Miré al frente, vi la puerta y seguí al grupo, que, como yo, ya se creía a salvo por estar casi en la puerta de salida, pero entonces, la silueta de una monja corriendo por un lateral del pasillo volvió a hacer mella en nuestras esperanzas mientras avanzábamos a la puerta como si no hubiera mañana...

Con la salida ante nuestros ojos echamos a correr evitando a la religiosa que por suerte corría en dirección contraria a nosotros gritando...Y por fin abrimos la puerta de salida y salimos al exterior.

No sé si resolveríamos el misterio de la casa o no, lo que sí sé es que ninguno de nosotros olvidaríamos la experiencia en la casa del poltergeist de Enfield....