Mi lista de blogs

domingo, 31 de agosto de 2014

Vampiros en vela. Parte I: Los dueños de la noche

Una visión futurista de los vampiros, que, con ayuda de la ciencia, consiguen inmunidad ante la luz del sol.Espero que os guste la primera parte de "Vampiros en vela" :)


Nueva York. Año 2050. Vampiros y humanos conviven en la ciudad de día y de noche gracias al suero creado por un científico que da a los chupasangre inmunidad durante el día...

La creación de aquel suero le había costado más de lo que hubiera imaginado jamás, pero no tenía elección. Ellos le habían obligado, y no precisamente solo con buenas palabras.

“Sería una pena que el científico más famoso de Nueva York apareciera muerto una noche de éstas....” Le habían dicho dos de ellos enseñándole los colmillos. Él había resoplado y se había limitado a preguntar:

-¿Para cuándo lo queréis?-

-Lo antes posible.- Había sentenciado uno de ellos serio.

Él se había limitado a asentir y a perderse en su laboratorio mientras las criaturas saltaban por la ventana y se marchaban, saltando de edificio en edificio, como en una pelicula.

Pero para desgracia del doctor Richwood, eso no era una película ni mucho menos.

-¡Volveremos a vernos Brad!-Oyó gritar a uno de ellos, casi ya desde la lejanía.

Hacía cosa de medio año que los había conocido. Él sabía de su existencia desde casi siempre, porque en Nueva York en esa época los vampiros no eran ningún secreto y él particularmente siempre se había sentido atraído por ellos ; ellos habían estado husmeando en su vida cientifica desde que empezó a ser hombre de ciencia, pero se mantuvieron en la sombra hasta el momento en el que se presentaron ante él.

Hasta entonces, Brad Richwood llevaba una vida normal en una ciudad todo lo normal que una ciudad en la que convivían humanos y vampiros, conscientes de su existencia los unos de los otros, podía ser.

Y es que de un tiempo a ésta parte, el mundo había cambiado muchísimo.

Ahora los vampiros habían decidido mostrarse ante el mundo, convirtiendo todas las noches los barrios neoyorkinos (sobre todo los más bajos, en los que la comida estaba asegurada debido a que la gente no tenía donde esconderse) en su coto de caza particular.

Al principio, y sobre todo los neófitos y las novatas (más bien por afán de divertirse que por otra cosa) disimulaban sus asesinatos cometiendo violaciones antes de hincar el diente a sus víctimas, pero de nada servía tanto disimulo: muchos de ellos, acuciados por el hambre, se limitaban a beber sangre sin más.

Y pasado un tiempo al no tener nada que perder (dados sus poderes sobrenaturales podrían imponerse a la policía que investigaba las muertes causadas por los chupasangre), decidieron erigirse como los señores de la noche neoyorkina y revelar su existencia.

Así, por mucho que la policía siguiera sus pasos jamás conseguía dar con ellos, porque nunca frecuentaban los mismos lugares de caza, y hasta ese momento no habían encontrado su guarida, situada en una vieja y desvalijada supuesta iglesia abandonada a la que la policía jamás acudiría dado el mito de que los vampiros no pisaban los templos.

Podemos decir entonces que la ciudad de Nueva York convivía con los chupasangre, que noche tras noche se cobraban las vidas de los habitantes de los peores barrios de Nueva York, o las de aquellos que no tenían donde esconderse.

Hasta que Kyrrel, el lider de los vampiros de NY decidió ir más allá. Mucho más allá....

-¡Hermanos!¿No estáis hartos de escondeos cada vez que amanece?-Tronó la voz de Kyrrel en la vieja iglesia.- ¿No os gustaría poder moveros con libertad a la luz del día y poder cazar a cualquier hora?- Todos los vampiros gritaron al unísono mientras la voz de Kyrrel tronaba:

-¡Ya es hora de que demostremos nuestro poder, de que los humanos sepan cuál es nuestro lugar aquí. ¡De demostrar que no sólo somos los amos de la noche!¡Seámoslo también del día!-


Todos gritaron vitoreándole mientras él esbozaba una sonrisa, porque sabía perfectamente a quién acudir para llevar a cabo su plan....

No hay comentarios:

Publicar un comentario