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miércoles, 1 de mayo de 2013

El Palacio de Linares


El fruto de un amor incestuoso quedaría para siempre emparedado tras los muros del célebre palacio de Linares clamando por salir en forma de lamentos que ahuyentan al personal de seguridad que vigila el edificio, e incluso en ciertas salas, según decían, ni los perros se atreven a pisar...

Todo comenzó cuando el futuro marqués de Linares José de Murga y Reolid quedó prendado de Raimunda Osorio, una muchacha humilde, hija de una cigarrera de Lavapiés y del padre de José, fruto de la relación extramatrimonial que ambos mantenían

Cuando José le dijo a su padre de quién estaba enamorado, éste le mandó a estudiar a Londres sin dar explicaciones.

Tras morir el padre del marqués, los enamorados se casaron, pero su felicidad se vio truncada cuando el marqués encontró una carta de su padre confesándole el pecado incestuoso que cometían: Raimunda y José eran hermanos de padre.

Alarmados, acudieron al Papa Pío IX, que les concedió la bula casti convivere (convivencia en castidad) que, sin embargo, no respetaron, engendrando una hija, Raimundita, a la que, por miedo al escándalo, asesinaron y escondieron en el palacio.

Algunos dicen que fue emparedada, otros que ahogada...No se sabe.

Lo que sí se sabe es que de un tiempo a ésta parte varios fenómenos de corte paranormal vienen produciéndose en el que fuera el hogar de los marqueses y hoy es la Casa de América: una enorme mansión de época decimonónica, de cuatro plantas y un sótano, con un gran salón de baile en el que dicen haberse visto siluetas y oído extrañas voces, entre las que destaca una voz masculina, que clama “¡Raimunda!”. ¿Pudiera ser el espíritu del difunto marqués llamando a su hija? No se sabe.

Lo que sí se sabe es lo que atestiguan varios vigilantes e incluso investigadores que han hecho sus rondas allí

“En el salón de baile no estaba solo. Notaba una presencia que caminaba conmigo de la mano, como si me acompañara en el recorrido por el salón. Era una sensación rara, aunque no molesta.”, dice José López García, ex vigilante de seguridad del palacio de Linares, quien también recuerda cómo se colaron tres intrusos y la cara de pavor que tenían cuando él y su compañero los encontraron en la habitación de la marquesa. “Nos suplicaban que los sacáramos de allí. Cuando los encontramos estaban arrinconados en una esquina, como si hubieran visto algo que les asustara. Incluso cuando la policía se los llevó se peleaban por entrar al coche patrulla los primeros, como si quisieran huir de allí...”

Y además de todo ésto, en la actual Casa de América hubo tiempo hasta para los fraudes. En la década de los 90 llegó a Madrid una desconocida doctora llamada Carmen Sánchez Castro, que aseguró haber grabado la supuesta voz de Raimundita clamando por su madre. Sin embargo luego se demostró que esa voz no era tal. Era, más bien, una imitación barata de una voz aniñada hablándole a un micrófono, lo que provocó (y no era para menos) la indignación de los profesionales del gremio que se desplazaban hasta allí para enfrentarse a la causa (como los parapsicólogos llaman al ente que se manifieste) y que sí encontraban respuesta verídica.

Actualmente, el palacio alberga todos los días multitud de actividades culturales, cuenta con restaurantes y lugares de ocio y esparcimiento y es visitado por miles de personas. Pero para algunos sigue . guardando bajo llave los secretos de su pasado...


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