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viernes, 18 de marzo de 2016

Reseña "Dama de la Noche" por Pepe de la Iglesia


Después de leer atentamente Dama de la noche, pues su autora, Cristina, me solicitó una reseña de su libro... 

Lo primero que me salta a la mente es que estamos ante una escritora de libros para jóvenes porque el libro me condujo, desde el primer capítulo, a mis años jóvenes, de pájaro libre juvenil. 
Exceptuando la temática del libro, su desarrollo no tiene que envidiar en frescura ni imaginación a ninguno de los libros que yo le leía con mis hijos cuando eran pequeños.

 Después me asaltó la idea de que, en vez de vampiros, el libro trataba en realidad del mundo de magia y brujería. Me recordó a los argumentos de Wilow, El aprendíz de brujo, y hasta a El Señor de los Anillos, todos juntos y rebozados por un flax central con reminiscencias de la saga Eclipse. 

No es un libro de miedo. De vampiros y brujos, sí, pero no de miedo o al menos no del miedo que busca sobrecoger al lector y mirar hacia atrás cuando un soplo helado le acaricia el cuello y la nuca. Podríamos decir que es un libro de “aventuras oscuras”, de búsqueda del talismán que produce el elixir de la felicidad, con ciertas dosis de intriga y muy diluidas por la claridad y la propia definición que presenta la trama. 

Hubo un momento en que la intriga y el suspense más acentuados se centran en un único personaje. Bill. El lector pasa varias veces por la duda de si es “bueno” o “malo”, entendiendo esas dos palabras como circunstancias se refieren objetivamente a las propias de Christine y atañen exclusivamente a ella y no al resto del mundo que conocemos y que, por cierto, queda algo desdibujado en la novela como si no existiese o como si fuese “eso otro” que hay ahí fuera. 

Curiosamente, detalla con más escrupulosidad los atuendos de la bella Christine que sus improntas de rasgos y caracteres de personalidad, pero si es cierto que los vampiros aparentan ser impersonales, no tengo nada que objetar. Tampoco se notan las características y caracteres, los signos de identidad psíquica y las formas de pensar, del resto de los personajes. Eso es otro de los aspectos que me indican que es una buena escritora de libros infantiles, faceta que no debe abandonar aunque nade en trabajos para gente más pesada. A mí, personalmente, me siguen gustando los libros que leían mis hijos, alegres, frescos, sin grandes problemas ni calentamientos mentales y que al final te dejan un buen sabor de boca y una enseñanza. 

El final del libro no deja de ser extraño, no raro, imprevisto ni inusual, solo extraño en el mundo vampírico. No desarrollaré su línea argumental para no eliminar la sorpresa. ¿Es un libro legible? No solamente legible sino también leíble. Se lee con facilidad y se comprende sin el menor esfuerzo. Yo lo leí de un solo tirón y tardé dos horas y media sin descanso. Si no me hubiese enganchado en cierta manera no hubiese durado más de media hora sin cerrarlo a la espera de otro momento. ¿Es un libro aconsejable? Sin duda alguna, buenas dosis de frescor narrativo aunque sea de no muertos, siempre elevan el espíritu y desaceleran el pulso. No plantea problemas psicológicos al lector ni lo imbuye en ambientes opresivos. Aconsejo su lectura, sin más. Podrá gustar o no a quien lo lea, pero no lo dejará indiferente. A mí sí me gustó.

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