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miércoles, 12 de agosto de 2015

Relato: Visita al Viejo Caserón 3" Capitulo 18

Pues otra vez a darle vidilla a "Visita al Viejo Caserón 3", que ya va tocando.

Se me hace raro escribir sobre el Caserón y que éste ya no exista como tal, pero...

¡Espero que os mole, en breve más!

CAPITULO 18: DIVERSIÓN

Al final del día la morgue de Jason rebosaba de cadáveres sanguinolentos, y mi cripta no era menos, pues me había alimentado de varios visitantes y había bebido hasta saciarme; Lo mismo podía decirse de las celdas del manicomio, donde Espiral, Segismundo y Blood habían escondido los cadáveres de sus torturados y hacían lo imposible porque el último grupo de la noche no los viera; La sala de la bóveda de Helios también albergó muertos, aunque menos (por el hecho de estar conectada con la salida de Arrepentidos, y con eso de que cada vez se arrepentían menos Tar podía presumir de haber estado más ocioso....); Solo quedaban libres de cadáveres el circo, la habitación de la poseída y los pasillos, que no tenían ningún recoveco que permitiera ocultar los cuerpos, además de en el exterior, donde el Enterrador recibía a los visitantes y Sara, Adri, Iri y Dani, los zombies se encargaban de atraerlos a la casa a pesar de no probar bocado.

Había sido un gran día, mayor motivo para hacer una “escapadita” a escondidas del Emperador.

Nos reunimos todos junto al cementerio y le preguntamos al Enterrador si se unía a la travesura.

-No.- Respondió señalando con la cabeza el montón de cadáveres que habíamos apilado en el cementerio tras comprobar que no quedaba nadie en el Parque.- Estos cadáveres no se entierran solos, y han de estar bajo tierra para mañana...- Dijo sin dejar de hundir y volver a sacar la pala de la tierra, cavando una de las tumbas.

-Como quieras, pero prométenos que no dirás nada al Emperador ni a Tar, por favor.- Rogó Jason.- Si se enteran...-

-Tranquilo, Jas. Sé guardar un secreto.- Dijo haciendo el gesto de cerrarse la cremallera en la boca.

Y tras decir esto reanudó su labor tarareando y cavando tumbas mientras todos los demás nos encaminábamos atravesando dejando a un lado la plaza Star Flyer.

-¡Nooooo!¡Vamos a las sillas!¡A las sillas!-Chilló riendo histérico Segismundo mientras intentaba aplaudir sin conseguir otra cosa que chocarse las mangas de su camisa de fuerza.

-¡Tranquilo, Segismundo!-Le reprendió el doctor Espiral.- No te he dado la pastilla, ¿No?-

Segis negó con la cabeza sin dejar de reír.

-Ay que cabecita...-Dijo el doctor.

Y mientras que ellos discutían sobre pastillas el resto decidíamos dónde ir:

Unos queríamos ir a Abismo, otros querían ir a Tornado, otros a la Lanzadera...

Así era imposible.
-¿Y si nos dividimos?-Sugirió Ymir.

Y así lo hicimos: Ymir, Jason, Adri, Iri, Sara y Dani fueron a la Lanzadera; Espiral, Segis, Blood y yo a Abismo; y Regan, Antonio, Moi y Álex fueron a Tornado.

-¡No, doctor!¡Yo quiero las sillas!¡Vamos a las sillas!-Suplicó Segis.

-No, Segis. Están demasiado cerca del Caserón. Podrían pillarnos.- Dijo Espiral.

-Jo...-Se quejó el loco mientras nos alejábamos cada vez más de la plaza Star Flyer.

Al llegar a Abismo, me metí en la cabina mientras los demás se montaban, y cuando estuvieron listos, pulsé el botón y los vagones arrancaron, haciendo brotar gritos y risas histéricas del doctor Espiral y compañía.

Cuando acabaron el viaje, fue Espiral quien me suplió en la cabina, dejando que yo también gritara montada en Abismo.

No sé cómo se lo pasaría el resto de mis hermanos, pero yo me lo pasé genial, entre looping y looping de Abismo, Tornado y Tarántula, y a pesar de las consecuencias que pudiera tener nuestra escapada no me arrepentía de haberla hecho ni de haberles sugerido hacerla.

Por una parte temía que el Emperador se enterara y nos castigara, pero por otra parte no entendía por qué se nos negaba el derecho a campar a nuestras anchas por un territorio que, a fin de cuentas, era nuestro (al menos durante la noche, con el Parque desierto).

Aunque si llego a saber que nuestra travesura traería como consecuencia tres muertes, tal vez me lo hubiera pensado dos veces antes de sugerir hacerla....

Y es que, al bajar de Tarántula y dirigirnos a la Avenida de las Cascadas para encontrarnos con el resto e ir al Caserón, Blood se desplomó en el suelo, su cuerpo se vio surcado de cortes de repente y de toda ella manaba sangre...

Poco imaginábamos que una escena parecida estaba teniendo lugar en dos puntos diferentes con los dos grupos de moradores que se habían dispersado por el Parque.


Y eso era solo el principio...

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