Dedicado a Dani Silva :)
AVISO, NO tiene nada que ver con "Visita al Viejo Caserón", aunque aparezcan personajes o se haga referencia a la desaparición de Cris.
Podría ser, pero no.
Tal vez en un futuro, ¿Quién sabe? Espero que os guste la primera parte!
El día era frío y adornado con finas y escasas gotas de
lluvia de vez en cuando.
No era un día de Parque de Atracciones precisamente, pero el
chico decidió ir, y como cada vez que acudía, se regodeó en la tranquilidad que
allí se respiraba, en la ausencia de gente, en lo morboso que resultaba pasear
por la Gran Avenida desierta, con apenas unos cuantos trabajadores del Parque
caminando por ella dirigiéndose quién sabía dónde mientras pisaban el suelo
húmedo de la gran calle.
En su paseo también vio a una de las pocas familias que
tenían ese particular encanto, como él, de visitar el Parque en días así aun
exponiéndose a que empezara a diluviar y se tuvieran que marchar tan pronto
como habían llegado.
Pero el día no quiso obsequiarles con una hecatombe de lluvia,
al menos de momento.
Y Daniel se alegró por ello aquella tarde de viernes
mientras ascendía los escalones después de subir por la Avenida de las Cascadas
para desembocar en la plaza de Star Flyer y hacer lo que tanto deseaba.
Solo el hecho de contemplarlo le hacía sentir escalofríos
por la espalda, se preguntó por un
momento si aquella chica desaparecida hacía ya seis meses habría sido vista por
última vez en el edificio que ahora estaba mirando.
Observó el Viejo
Caserón y dejó que sus nervios bajaran por su estómago. Otro escalofrío. Y algo
raro.
Entrecerró los ojos y le dio un vuelco el corazón cuando vio
la taquilla abierta y con luz en su interior.
Siempre se había preguntado cómo sería entrar en el Caserón
en un día así, tan propicio para ello.
No se lo pensó mucho y puso rumbo a la taquilla donde una
joven morena con un maquillaje bastante logrado, (o eso creía él) le tendió un
ticket después de coger su dinero y reírse de tal forma que hizo temblar a
Dani.
Él, que siempre había presumido de su valentía, no había
podido evitar sentirse turbado ante la carcajada de la taquillera, tan
siniestra, tan diabólica.
-Aún estás a tiempo de arrepentirte….-Le dijo ella con un
gemido lastimoso.- Cuando entres quizá sea tarde….Y aquí ya somos bastantes…
Ahora mi señor solo quiere sangre…-
Dani sonrió y asintió siguiéndola el juego a ella ante su
genial actuación, y lejos de seguir su consejo, se encaminó al laberinto de
colas y lo siguió hasta que desembocó en la verja junto a la que ya estaba el
Enterrador….
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