CAPITULO 30: TORMENTO
Ha sido terrible. No sé ni cómo el
dolor me ha permitido aovillarme en el suelo, huyendo de lo que tengo
ante mis ojos, intentando no ver que la sangre de los dos visitantes
que quedaban vivos me ha salpicado, que sus trozos de carne están
desperdigados por la sala, algunos casi rozándome. Huele a quemado.
He visto con mis propios ojos cómo Tar se ha encargado de pasar por
su Zippo a los dos visitantes, y cómo los demás moradores se han encargado de
hacer el resto, descuartizándolos.
La voz de Ymir me saca del trance:
-Parece que hoy se han portado bien
nuestros pastelitos arrepentidos...-Dice con una risita refiriéndose
a los visitantes.-Han sido buenos y nos han dejado jugar con
ellos...-
Levanto despacio mi mirada del único
trozo de suelo que no lo cubre la sangre y mis ojos van a los de Tar,
de un amarillo brillante.
El inquisidor me mira fijamente, frío,
sin inmutarse, mientras se dirige a mi y me arrastra del cuello del
camisón.
-¡NO!-Chillo yo mientras él me
arrastra por encima de los trozos de carne de los visitantes muertos
y mi ropa se empapa de su sangre.
Tar me tira brutalmente a los pies de
Selman, haciéndome caer sobre ellos y arrancándole un grito al
vampiro.
Levanto mi cabeza como puedo para no
hacerle daño, y me acurruco a sus pies, preguntándome por qué y
qué será lo siguiente.
-¿Qué se siente al estar en primera
linea de batalla, Cris?-Me dice Tar con una risita mientras hace un
gesto con la mano tras el cual Espiral y Segismundo vienen hacia
nosotros.
-Quiero que lo veas todo.- Me dice el
inquisidor.- Y si después de ésto no te rindes es que eres más
fría de lo que creía...-Dice con una risita.
Cierro los ojos ante el rostro de Sel
lleno de quemaduras, casi carbonizado. Casi no se distinguen sus ojos
oscuros de su cara. Le oigo gemir algo. No entiendo el qué. Tiene la
garganta abrasada. Una lágrima resbala por mi mejilla mientras el
doctor le dirige su jeringuilla al cuello y se la clava en uno de los
pocos lugares donde no hay quemaduras.
Al instante veo cómo Sel se retuerce y
empiezan a brotarle ampollas oscuras, mientras que Segismundo, con
una risita y armado con unos alicates, me dice:
-¿Me dejas hueco, Cris?- Dice
agachándose a mi lado.- Tengo que cortarle las uñas, que ya las
tiene muy largas...-Ríe mientras me aparta un poco de Sel. Lo
suficiente como para ver claramente cómo corta la uña del dedo
gordo del pie del vampiro de un solo alicatazo, haciendo brotar la
sangre.
Segismundo ríe mientras la uña
rebota en mi rostro y cae al suelo.
El loco repite la operación con todas
las uñas de los pies, y siento salpicar la sangre desde arriba:
Espiral ha abierto en canal a Sel y ha comenzado a hurgar en su
estómago.
No puedo contener las arcadas y termino
por vomitar.
Jason se acerca con un saquito en sus
manos y echa el contenido en el boquete del estómago de Sel,
mientras que Segismundo le arranca las uñas de las manos.
Sel aumenta sus gritos al sentir la sal
en sus heridas mientras que Jason le derrama un poquito en cada hueco
de las uñas, haciendo que grite más todavía.
Su grito se confunde con el mío, de
rabia. Doy con los puños en el suelo mientras alzo mi voz y me dejo
la garganta en el aullido.
Ymir y Blood se acercan y con un
cuchillo cada uno, hacen más cortes a Sel. Cortes profundos, que
hacen brotar su sangre oscura. El payaso y la loca se agachan a lamer
la sangre del vampiro. Saben que sabe asquerosa y que les disgustará,
pero se recrean en que estoy viendo cómo le torturan, y me hacen
rabiar mientras veo cómo succionan la sangre de Selman y luego me la
escupen a la cara.
Regan viene también y empieza a
golpear a Selman con su crucifijo. Después, le quita la tapadera, y
deja ver el filo del cuchillo que esconde, comenzando a hacerle
cortes con él. La sangre me sigue salpicando, y vuelvo a vomitar. El
olor en la sala es intensísimo. Sangre mezclada con vómito. No
puedo reprimir una nueva arcada.
Los zombis se acercan y empiezan a
mordisquearle en las zonas en las que aún no hay carne quemada,
aunque son pocas: las piernas, los brazos, el estómago...Todo está
quemado salvo algunas zonas donde aún hay carne. Dañada, sí, pero
hay.
El inquisidor chasquea sus dedos y
todos los moradores se apartan de Selman.
Miro a Sel. No puede más. Por no
poder, no puede ni retorcerse de dolor. Sus heridas están supurando,
y sólo el blanco del pus se distingue de la anatomia casi
completamente oscura por las quemaduras del vampiro. Me echo a
llorar.
-Bien, Cris, bien.-Me dice irónico.-
Has aguantado como una campeona.- Ríe.- Primera fase
superada...Veremos a ver si pasas la segunda...-Ríe mientras me
empuja de una patada, haciendo que me arrastre lejos de Sel y un
grillete me aprisione el pie de repente. Intento liberarme, pero no
puedo. El grillete me oprime el pie, y si intento moverlo, me hago
daño.
Veo cómo se llevan a Sel entre Espiral
y Jason, y cómo lo atan a la mesa de torturas.
Tar dice riendo mientras se sitúa a un
lado de la sala:
-Te veo apagadillo, chupasangre.
¿Quieres que te ilumine?-
Ríe y un ruido atronador invade la sala
mientras se abre la bóveda de Helios....
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