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viernes, 21 de febrero de 2014

Pesadilla a bordo (Inspirado en Space Nightmare, pasaje de terror de halloween de Parque de Atracciones)

Os dejo con algo que escribí hace tiempo: un relato inspirado en el pasaje de terror Space Nightmare, del Halloween del Parque de Atracciones de Madrid.
Espero que os guste :)

Álvaro perdió el control del coche, y cuando quiso darse cuenta, estaba dando vueltas de campana hasta acabar a un lado de la carretera. El golpe fue tan fuerte que quedó inconsciente varias horas. Cuando despertó lo hizo en el hospital.

Abrió los ojos y se llevó una mano a la cabeza, aún mareado, mientras contemplaba la habitación del hospital donde se encontraba: la cama de al lado aún había sido ocupada por nadie y en el cuarto reinaba el silencio de no ser por los pitidos del electro que le habían puesto los médicos para controlar sus constantes vitales. “Pi-pi pi-pi” pitaba regularmente.

Se levantó despacio y se sentó en la cama, fijó su vista en la pared de enfrente, completamente blanca y justo en ese momento le pareció ver que aparecía una especie de mancha negra en ella, que cada vez se hacía más grande, poco a poco, hasta acabar por convertirse en un círculo oscuro en el centro de la pared.

Álvaro bajó de la cama y anduvo hasta la pared, arrastrando el electro provisto de ruedas para su transporte, que seguía pitando de forma continua y regular, hasta que llegó al circulo negro. Entonces, sus latidos se aceleraron, y así lo reflejó la máquina, que pitaba cada vez más rápido, mientras el chico caminaba hacia el extraño agujero negro que parecía haberse abierto en la pared.

Levantó el brazo y sintió que el agujero lo atraía hacia él, arrastrándolo como si de un imán se tratara. Intrigado, se deshizo del electro, que dejó de pitar, y siguió aproximándose al agujero. Puso la mano frente a él y éste la absorbió, aspirando a Álvaro consigo, quien no pudo hacer otra cosa más que gritar al verse sumido en una extraña espiral multicolor, hasta acabar en un inhóspito lugar.

Era como una cabina de pilotaje de avión pero más grande. Y al fondo, a los mandos, había una chica. Desde donde estaba, Álvaro pudo ver su pelo de color morado recogido en una coleta.

-Aquí PAM 666, ¿Me reciben?-Oyó que decía la joven, intentando hacerse oir por encima de los crujidos que provocaban las interferencias de un walkie talkie que Álvaro no alcanzaba a ver desde donde estaba.

-Aquí PAM 666. ¿Me reciben?-Volvió a repetir ella.-¡Necesitamos ayuda, repito: necesitamos ayuda!-

Álvaro se acercó a ella mientras comprobaba anonadado lo que se veía a través del cristal del extraño habitáculo de aquel avión: un cielo completamente oscuro salpicado de estrellas, y a su derecha...No podía ser. ¡Tenia el planeta de los anillos!¡Ese avión había llegado hasta Saturno!¿Cómo era posible? ¿Y cómo diantres había acabado él allí?

Tocó el hombro de la muchacha y la hizo girarse, asustada. Se levantó y le miró de arriba abajo, como si le extrañara verle, como sorprendida. Él también se sorprendió, pues la apariencia de la joven no era corriente: vestía una especie de mono plateado, con un cinturón que llevaba lo que parecían ser balas. A ambos lados de las caderas llevaba dos cartucheras que guardaban lo que parecían dos pistolas, aunque algo diferentes a lo que él conocía como pistolas...

Él miró atrás y se dio cuenta de que el agujero negro había desaparecido. Ahora había una gran compuerta cerrada en su lugar.

-¡No te muevas!-Dijo ella desenfundando la pistola de la cartuchera izquierda.-

Él la miró asustado y se quedó donde estaba.

-No te muevas o te frío.-Dijo ella.

Él se asustó y levantó las manos.

-Yo...yo no sé donde estoy...-Explicó.- Había un agujero negro en la pared y...- Dijo confuso.

La chica bajó el arma despacio, estudiando con interés a Álvaro.

-Has atravesado un portal...-Dijo ella asintiendo.- ¿De qué año vienes?-Preguntó con total normalidad, como quién pregunta la hora.

-Del 2013.-Dijo él, aún confundido.- Pero ¿Cómo he llegado aquí?-Preguntó.

Ella le cogió de la mano y le condujo por pasillos de extrañas paredes plateadas:

-Escucha. Ésto es el año 2.511. Te has colado por un agujero de gusano y has acabado aquí. No me preguntes ni como ni por qué. Algún tipo de inestabilidad temporal, supongo. Si no, no me lo explico...-Dijo mientras le conducía atropelladamente por los pasillos de la nave. Sí. Ahora estaba seguro de que había acabado en una nave espacial.

-Pero...pero...-Empezó a decir Álvaro intentando saber por qué había acabado allí.

La muchacha lo miró.
-No sé cómo serán las cosas en tu era, pero creo que aquí todo es muy distinto. Hemos conquistado Venus y Marte, y ahora hemos encontrado vida en un planeta llamado Bu. Nuestra nave se dirigía allí en misión de exploración, pero nos alcanzó una tormenta solar y los sistemas de la nave fallaron. Ordené a la tripulación que investigara la causa de la avería, pero no he vuelto a saber nada de ellos...Ahora los sensores han detectado formas de vida no humanas en la zona de carga, no recibo respuesta a mis llamadas...Y temo que hayan podido matar a la tripulación.-Dijo arrastrando a Álvaro por los pasillos de la nave.

-Es aquí.- Dijo parándose en seco y quitándose un arma de las cartucheras.-Por cierto, mi nombre es Kirah.- Dijo muy seria dándole el arma al chico, que intentó sonreir mientras cogía la pistola con manos temblorosas y dijo con voz nerviosa mientras iba tras ella blandiendo el arma:


-Álvaro.- De repente Kirah le frenó y siseó.

-¡Shh. Mira!-Susurró señalando desde una esquina lo que tenían enfrente mientras arrastraba a Álvaro para que se escondiera con ella tras un baúl.

Kirah rompió a llorar tapándose la boca.

-Dios...Los han matado a todos...-Dijo mirando a los seres que ahora se estaban alimentando de los restos de la tripulación.

Eran dos clases de bichos completamente diferentes:

Cuatro de ellos parecían lagartos, con largas lenguas que mantenían amarrados a la pared a varios tripulantes que aún seguían vivos.
Los otros cuatro aliens desgarraban la piel de los pobres chicos con sus afiladas uñas a la vez que les escupían algo parecido al ácido que hacía que su piel se deshiciera.

Desde donde estaban, Alvaro y Kirah pudieron escuchar los leves quejidos de los tripulantes de la nave, a los que casi no les quedaba vida.

-Vamos.-Dijo ella saliendo de detrás del baúl.- Hay que pillarles ahora que están desprevenidos.

La vio caminar de puntillas unos pasos y apuntar con su arma a uno de los lagartos que con su lengua mantenía atado a un tripulante casi muerto. Vio su disparo: una especie de rayo láser rojo salió del arma y fue a parar al lagarto, al que desintegró por completo. Kirah no se detuvo ahí y la emprendió a disparos contra el bicho que arañaba al tripulante, sin tener tanta suerte ésta vez: el alien ya la había visto, y lanzó ácido por la boca contra Kirah.

El líquido fue a parar al brazo de la joven, haciendo que tirase el arma con un grito de dolor.

Álvaro no se lo pensó dos veces y disparó al alien, que en un segundo se desintegró tras recibir el disparo láser.

Como era de esperar, el resto de bichos se soliviantaron y la emprendieron contra Álvaro y Kirah.

Ella chillaba presa del dolor del ácido que carcomía su brazo, y ayudada por Álvaro se arrinconó tras el baúl de nuevo, mientras el chico se encaraba contra los aliens cogiendo la otra pistola de manos de Kirah.

Pistolas en ristre, desintegró lenguas que pretendían amarrarle, acabó con los aliens de las babas de ácido, y tanto él como Kirah creyeron que se hallaban a salvo. Se equivocaron.

Tras registrar la zona de carga vieron que en ella había varios huevos que tenían toda la pinta de ser de criaturas como las que habían matado.

Barajaron la posibilidad de sacarlos de la nave.

-Podría ser peligroso.-Dijo Kirah.- Podrían ir a parar a algún planeta habitado, incluso a la misma Tierra, y eso sería mortal.

-¿Qué podemos hacer?-Preguntó Álvaro.

-De momento salir de aquí. Cuando los huevos eclosionen ambos sabremos lo que pasará, y no tendremos escapatoria.- Dijo ella llevándose la mano al brazo y caminando aún dolorida fuera de la zona de carga. -Suspiró.- Por lo demás no podemos hacer mucho. Ya ves, estamos incomunicados....-

Álvaro y Kirah ocuparon los asientos de copiloto y piloto respectivamente, y ella intentó poner en marcha de nuevo la nave. Nada.

Oyeron un extraño ruido y se giraron: un agujero negro se había abierto en la pared y un grupo de personas había entrado en la nave, y por la ropa que llevaban, debían ser de la época de Álvaro, el año 2013.

Por la mente del chico pasó la idea de atravesar el portal y marcharse a su era...Pero no. No podía dejar sola a Kirah.
Ambos les explicaron a quienes acababan de entrar lo que sucedía en la nave. Muchos dieron media vuelta e intentaron huir, pero no pudieron: el portal se cerró antes de que pudieran atravesarlo.


Ahora están atravesando la nave, en dirección a la zona de carga donde muy posiblemente los huevos que Kirah y Álvaro encontraron hayan eclosionado ya y el horror se haya desatado...


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