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miércoles, 19 de febrero de 2014

Terror en la linea 6

Últimamente no recuerdo lo que sueño. Pero cuando lo hago suele ser porque mi sueño ha sido muy bizarro, como el que he tenido hoy. Aquí os lo narro. No esperéis un final en condiciones porque ya se sabe, que en la mejor parte se produce el despertar.. :)

P.D.T: El evento que tiene lugar al principio del relato, es un evento real que tendrá lugar el 24 de abril de 2014: el Día del Rock en la Radio, en la Complutense de Madrid, así que si os gusta el rock y queréis ver a Mago de Oz, Sherpa y La Fuga entre otros, no os lo podéis perder! :) Más info en
https://www.facebook.com/diadelrockenlaradio?fref=ts


Tras mucho insistirle, al final decidió acompañarme al evento. No quería ir porque decía que ya tenía bastante con ir a su universidad para dar clase como para encima ir otra vez por diversión.
Pero fue decir que iban de invitados “Mago de Oz” y aceptó sin pensar.

Y a la Complutense que fuimos.
Entramos en el salón de Actos de la Facultad de Ciencias de la Información y tras saludar a Alberto, el presentador del evento y del programa de radio con el que yo había colaborado ocasionalmente, nos sentamos en dos de las butacas de la sala, listos para disfrutar de la buena música de los grupos que actuarían y de las entrevistas que éstos concederían.

Y después de largo rato viendo el programa de radio, yo miré inquieta el reloj.

Por la hora, estaba empezando a anochecer, y no quería volver a casa excesivamente tarde, así que decidimos marcharnos.

Cuando salimos a la calle, efectivamente, casi había anochecido, y bajamos al metro.

Al llegar al andén vimos a una mujer aovillada contra la pared que nos miraba fíjamente.

La miré y sentí un escalofrío; Tar se dio cuenta y me dijo:

-¿No conoces la leyenda?-

-¿Qué leyenda?-Pregunté yo con cierto miedo echando una rápida mirada a la mujer que no dejaba de mirarnos con una sonrisa retorcida.

-La llaman “La Enfermera de la Muerte”-Me susurró Tar señalando a la mujer con la cabeza.- Ni idea de por qué ese mote, pero la llaman así. La leyenda dice que pulula por las estaciones de la linea 6 de metro. De vez en cuando se la ve sentada, tal como está ahora mismo, observando a los viandantes, cuentan que para elegir víctima; y se dice que cuando la ha elegido la persigue por todo el metro, parada tras parada, donde la víctima se baje, hasta que consigue matarla...-

-¡Ay no me asustes, jo!-Me quejé yo justo cuando el tren llegaba a la estación y Tar y yo nos subíamos.

El metro estaba a rebosar de gente y no nos pudimos sentar, así que nos quedamos apretujados en la barra junto a la puerta, y cuando ésta se cerró no pude evitar echar una última mirada a la mujer del andén, que seguía mirándonos fijamente con esa sonrisa tan macabra.

El metro se puso en marcha y la perdí de vista. Miré a mi alrededor y vi algo espeluznante.

La misma siniestra mujer que hacía nada y menos había desaparecido de mi vista al alejarnos de la estación ahora estaba sentada en el suelo del tren donde estabamos subidos.

¿Cómo podía ser?

-T...Tar...-Dije mirándola y señalándola despacio.

-Shhh. Calla, Cris, que no nos vea.-

-¡¿Pero como quieres que no nos vea si ya nos está mirando?!-Le susurré sin gritar por poco.
-Venga.-Me apretó la mano.- Nos bajamos en ésta parada.-Me dijo bajito mientras el tren se detenía y nos bajábamos en la siguiente estación a esperar al siguiente metro.

Cuando la estación se quedó vacía volví a ver a la “Enfermera de la Muerte”, ahí, en el mismo andén que nosotros.

No sabía cuándo había podido bajarse del andén, pero lo había hecho, y ahí seguía, impasible, sentada en el andén sin quitar su mirada de nosotros.

Cuando por fin llegó el tren y subimos volví a perderla de vista al ponerse en marcha el metro, pero me volví a sorprender al descubrirla a pocos metros de nosotros, de nuevo observándonos.

-Tar...-Dije yo entre dientes señalándola.

Sin quitarla los ojos de encima, me pegué lo más que pude a mi chico y atravesamos el vagón dispuestos a cambiarnos de sitio, pero entonces, la mujer tiró una pequeña daga a Tar, que cayó al suelo, malherido y gritando de dolor.

-¡Tar!¡Tar!-Dije yo, tirándome a su lado.

Miré a mi alrededor: el vagón vacío y la siniestra mujer sonriendo mientras empuñaba otra daga que a todas luces me iba a arrojar.

Cogí a mi chico de las axilas y le arrastré como pude hasta la puerta del tren cuando éste se detuvo. Tras muchos esfuerzos logré sacarle.

Vi que la mujer se quedaba en el tren mientras abandonaba la estación, suspiré aliviada mientras me volvía a tirar al suelo para socorrer a Tar, pero entonces...Una daga voló muy cerca de mi. Miré atrás y vi de nuevo a esa mujer, sonriendo, y de repente...

...De repente me despierto.


Joder. Si por cada sueño raro que tengo me dieran cinco euros, sería millonaria” pienso mientras enciendo la luz y me pongo las zapatillas para ir a desayunar...

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