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martes, 25 de marzo de 2014

Práctica Info Conflicto: El Efecto Espectador

Práctica de hoy sobre el llamado "efecto o síndrome espectador" 

¿La gente puede volverse de piedra ante el dolor ajeno? ¿Puede haber dolor ante nuestros ojos y que no hagamos nada al respecto?

Esto tiene un nombre: Síndrome del Espectador, consistente precisamente en eso: en que los espectadores del suceso lo ignoran completamente: podemos ir conduciendo tranquilamente por una carretera y ver un accidente de tráfico atroz, manteniéndonos impasibles ante el mismo atendiendo a la máxima “Bah, no pasa nada. Ya vendrá la policía, alguien verá el accidente y ayudará, yo llevo demasiada prisa como para entretenerme en eso” o, la del “Paso de bajarme ahora, que ayude otro”, o simplemente la excusa del “A mí es que la sangre me da asquito”
Un ejemplo más que claro está en la noticia de la niña china que fue atropellada en 2011 en su país.
Yue Yue, de dos  años de edad fue doblemente arrollada al tiempo que ignorada por dieciocho personas que presenciaron el suceso. Sólo una mujer se dignó a ayudarla y tuvo que pagar el repudio de la sociedad china, que la acusó de querer llamar la atención en los medios, e incluso el primer conductor que la atropelló declaró que “cualquier persona en su lugar habría huído para no tener que pagar una compensación económica.”.
Y es que por lo visto, en la sociedad china está bastante arraigado eso de no ayudar ante las desgracias ajenas:
Un hombre se desplomó en una calle de Fuzhou sin que nadie hiciera nada por ayudarlo (¿Es casualidad que no haya encontrado noticias al respecto y que la única mención al caso se haga en la noticia de la muerte de Yue Yue?) y las únicas declaraciones verdaderamente repugnantes de la gente fueran: “No lo toques, después te será difícil aclarar lo que pasó”.
Es increíble que a día de hoy tengamos tan poco sentido de la ayuda y alguien pueda estar muriéndose ante nuestros ojos, o simplemente pasándolo mal mientras nosotros pasamos de largo, miramos hacia otro lado, o directamente observamos el suceso pero no hacemos nada.
Como dice el dicho,  “Lo que se siembra se recoge”.
¿Y si fuéramos nosotros los que estuviéramos en el suelo? Otro gallo cantaría, ¿Verdad?

Así es como funciona el efecto espectador. En nuestras manos está dejar de ser espectadores y empezar a ser actores.

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