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lunes, 3 de marzo de 2014

Relato: "Visita al Viejo Caserón 3" capitulo 15

CAPITULO 15: DE CAZA

Volví a sentirme en casa mientras mis hermanos y yo recorríamos el Parque en busca de algún empleado rezagado al que hincarle el diente.

Y de camino pude volver a entablar conversación con mis hermanos, retomando la relación que siempre había mantenido con ellos, además de conocer a los tres nuevos moradores que se incorporaron y que yo no había tenido tiempo de conocer demasiado bien (básicamente porque se encargaron de ayudar a Tar durante mi entierro): el cura y los monaguillos.

De Antonio, el cura, descubrí que era un chico tímido, pero muy simpático cuando cogía confianza, como Álex, su hermano, que era el más cortado de los tres pero también se soltaba cuando cogía confianza.

Moi, el otro monaguillo era el más “echado para adelante” de los tres, más descarado pero no por ello menos majo.

Mientras charlaba con ellos tratando de conocerlos, Jason nos alertó:

-Shhh.-Nos siseó haciendo que los cuatro nos calláramos de repente. Estaba tan absorta en la conversación con los clérigos zombis que ni me dí cuenta del dulce aroma que inavía nuestro alrededor.

-¡Mira qué chica más guapa va por ahí!-Dijo el chico de la motosierra señalando a una chica que caminaba hacia nosotros, que corrimos a escondernos tras un muro del castillo de Los Fiordos a esperar a que pasara ante nosotros.

Moi se rió y dijo picarón:

-¿Quieres echarle el guante, Jas?-

-La motosierra, más bien.- Apuntó Espiral haciendo que todo estalláramos en carcajadas.

Sonreí y abracé instintivamente al doctor y a Segismundo, abrazo al que se unieron todos los demás: Jason, Ymir, Regan, Blood, Sara, Iri, Adri, y hasta Antonio, Moi y Álex

Volvía a sentirme feliz de estar de nuevo con mis hermanos, y así se lo hice saber mientras nos abrazábamos:

-Hermanos, no sabéis lo feliz que me siento de estar de nuevo con vosotros...-Dije sinceramente.

-Pues todo se lo debes a Tar...-Dijo Espiral en un susurro.- No sabemos cómo, pero gracias a él y sólo a él has vivido para contarlo...-

Guardé silencio. No me fiaba demasiado del inquisidor.

-¡Chicos!¡Chicos!-Dijo Jason histérico.-¡La quiero!¡Y ya viene!-Rió haciendo rugir la motosierra.

-Shhh.-Dije yo.- ¡Apaga eso, que te va a oir!-

-¡No me oye, mira!-Contestó él señalando a la chica que sostenía un mp3 enganchado a unos auriculares que lucía puestos en los oídos.
Jason sonrió y corrió al encuentro de la chica, apareciendo frente a ella, que asustada se dio la vuelta, haciendo que Jason corriera y se situara tras ella, que echó a correr a través de la Gran Avenida perseguida por el de la motosierra mientras todos nosotros salíamos de nuestro escondite y los seguíamos de cerca, adelantándonos a su carrera y aguardándolos en la puerta principal del Parque escondidos en una taquilla.

Cuando la pobre chica creyó que al fin alcanzaba la libertad y salía del recinto, salimos de nuestro escondite y nos abalanzamos sobre ella.

Me lancé sobre su cuello mientras los zombis se disputaban su cerebro mientras ella gritaba

-¡El cerebro para nosotros!-Gritó Sara.-¡Eh, Adri, no lo quieras todo para ti!-Gritó.-Dejadme algo, chicos!- Gruñó a Dani, Iri, Adri, Antonio y los dos monaguillos que rodeaban la cabeza de la chica que yacía en el suelo junto a un charco de sangre con la cabeza desgarrada por los manotazos de los zombis que se disputaban su masa cefálica.

-¡Las tripas!¡Para mi las tripas!-Dijo el Doctor Espiral abriendo el estómago de la joven con su bisturí.

-¡Yo también quiero tripas, doctor!-Se quejó Segismundo.

Y mientras yo mordía con avidez el cuello de la víctima succionando su sangre, Blood, que también codiciaba el líquido carmesí, se afanaba en lamer el charco de sangre que rodeaba a la chica ya casi sin vida.

Por su parte, Regan mordisqueaba las mejillas de la muchacha que era ya poco más que un cadáver que no tardaría en empezar a pudrirse.

Ymir se entretenía dibujándola con su cuchillo la sonrisa del payaso en las comisuras de sus labios, y por último Jason cortaba las extremidades de la joven con su motosierra.

Me encantaba el dulce sabor de la sangre de aquella joven...Era tan dulce...O eso o después de estar sin comer tanto tiempo ese primer bocado me estaba sentando de maravilla.

Un grito interrumpió el festín: algún otro empleado rezagado habría llegado hasta la entrada principal del Parque y se habría asustado al vernos.

Todos dejamos de comer instantáneamente y nos lanzamos a la persecución de la segunda víctima de la noche.

-¡Blood!¡Adelántate!-Ordené.

Dicho ésto, Blood salió corriendo atajando al empleado hasta ituarse sin que él le viera unos metros más adelante de él.

Todos salimos tras el hombre que corria Gran Avenida arriba, y nos agazapamos tras un árbol

-Ayuda...Necesito...Ayuda....-Dijo ella tirada en el suelo cuando él se paró ante ella al ver su cara llena de cicatrices, sus muñecas cortadas...Y su mano sosteniendo el cuchillo.

-Tranquila, ¿Vale? Llamaré a una ambulancia.-Dijo sacando el móvil con manos temblorosas mientras todos nosotros, que habíamos llegado a su lado nos cerníamos sobre él para dar buena cuenta de la carne que nos ofrecía.

-Tú no vas a llamar a nadie...-Susurré yo a su espalda haciendo que se volviera.

Me lancé sobre su cuello y me afané en succionarle la sangre mientras el resto de mis hermanos se alimentaba del resto de su cuerpo, huesos incluidos.


Cuando acabamos la “cena” nos acercamos a por los restos del cuerpo de la primera víctima y los zombis dieron buena cuenta de sus huesos sin dejar ni rastro del cadáver tras lo cual volvimos a casa...

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