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martes, 1 de abril de 2014

Crónica sobre la exposición de lectoterapia

 Crónica sobre la exposición y charla de lectoterapia durante la clase de Historia de la Escritura.

Los libros nos pueden ayudar en nuestros peores momentos, y ésto no es que lo diga yo o sea una simple frase hecha de esas que se podrían decir para animar a la gente a leer o subirla la moral cuando está de bajón, no.

Que los libros ayudan a pasar “malos tragos” e incluso a hacer más llevadera una enfermedad es lo que defiende la lectoterapia o biblioterapia, que no es otra cosa que el tratamiento psicológico a través de los libros.

Y a la biblioterapia es a lo que nos han querido acercar nuestros compañeros de Historia de la Escritura: Jesús, Eva, Giulia y Giulia, quienes junto con Laura Rico, psicoterapeuta, nos han mostrado qué pueden hacer los libros por gente que afronta dificultades psicológicas e incluso físicas.

El hecho de que el paciente que acude a la consulta del psicoterapeuta identifique su caso con el del protagonista de un libro con el que se siente vinculado por las similitudes que comparte con él pueden ser de gran ayuda a la hora de que la persona que tiene un problema se desenvuelva más fácilmente en la consulta, despojándose de miedos y cualquier tipo de timidez, dejando que el libro y él sean uno solo.

Y uno sólo hemos sido todos los asistentes de hoy a la clase de Historia de la Escritura, quienes después de escuchar la exposición introductoria de nuestros compañeros sobre la biblioterapia hemos decidido, en palabras de nuestro profesor “romper espacio” y acercarnos unos a otros en un círculo que nos aproximara más.



Y ahí, Laura, la invitada de honor ha lanzado una pregunta que nos ha dejado a todos boquiabiertos o al menos, a mí particularmente: “Si fuérais un libro...¿Cómo seríais?”

Y lo traslado al papel de la misma forma que de boca nos lo ha dicho ella: teníamos que pensar qué clase de libro seríamos: de cuántas páginas, cómo sería la portada, por dónde estaría nuestro marcapáginas actualmente...Y decir una frase de una página cualquiera.

Después de varias intervenciones, Laura nos ha estado contando en qué consiste la lectoterapia a base de experiencias de personas con las que trata haciendo un hermoso recorrido por la historia de los relatos: desde el cuento, pasando por los mitos, hasta la literatura más reciente.

Y por último ha acabado leyendo varios poemas que nos ha ido entregando siguiendo a veces un curioso criterio, quizá basándose en el argumento de los poemas y en lo poco que se puede apreciar de la personalidad de los destinatarios: “Éste tiene que ser para alguien alegre, éste para alguien que parezca de bajón...”

A mi ha tenido el placer de entregarme uno de Pablo Neruda. :)



Repartidos los poemas, Laura se ha marchado y nosotros nos hemos quedado con la sensación del “No te acostarás sin haber aprendido una cosa más”, hoy más que nunca.

Y es que los libros esconden mucho más de lo que muestran sus portadas, sólo hay que atreverse a mirar más allá de ellas, abrirlos y adentrarse en sus páginas....




1 comentario:

  1. ¡gracias por la crónica, Cristina! lo he pasado muy bien y ahora tu relato lo deja fijado en el espacio y el tiempo.
    No pares tus ganas de escribir...:
    "Estamos hechos para el arte, estamos hechos para la memoria, estamos hechos para la poesía o posiblemente estamos hechos para el olvido. Pero algo queda y ese algo es la historia o la poesía, que no son esencialmente distintas. (Borges “Siete noches”).

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