CAPÍTULO 6: TORTURA
La habitación se transforma en lo que
parece ser un cuarto de torturas del mismísimo tribunal de la
Inquisición, apareciendo por arte de magia varios instrumentos de
tortura: una silla llena de pinchos, una “Dama de Hierro”
(especie de cubículo en el que se metía al torturado, que no
tardaba en sufrir lo insufrible pinchándose con los clavos que el
habitáculo albergaba en su interior), un potro de torturas, varios
látigos, collares provistos de pinchos....
Tar aspira el aire:
-Ahh...Viejos recuerdos del
oficio...Así está mejor. Hace tanto que no ajusticiaba a nadie en
el Caserón...No te asustes por toda esta parafernalia, Cris. Sólo
es un decorado. Lo que le haremos a él será mil veces
peor...-Sonríe.
-Adelante, inquisidor.-Dice el
Emperador.
Tar asiente.
-Sí, mi señor.- Dice haciendo una
seña a los moradores, que se acercan a Selman y empiezan a
torturarle, cada uno a su manera:
Espiral coge su cuello y le clava la
jeringuilla; Dani, Iri y Adri empiezan a mordisquearle Blood, con el
cuchillo entre los dientes recorre con sus manos el cuerpo de Sel
pensando dónde clavar su arma, ríe, coge el cuchillo y se lo hunde
en el estómago. Sel grita, y la sangre oscura empieza a brotar de su
estómago y de su boca; El payaso Ymir aparece de pronto y, como si
hiciera un truco de magia, saca de detrás de la oreja de Sel un
hacha, y empieza a fingir que corta el cuello del vampiro...Me temo
lo peor y grito mientras veo como Tar se acerca al vampiro con el
mechero encendido.
-¡No!-Grito.
Una mordaza aparece tapando mi boca de
repente. Aun así continúo gritando mientras veo como la bóveda se
vuelve a abrir y el sol alcanza a Selman, al que otra vez empiezan a
brotarle ampollas. Ésta vez el sol le da largo rato y empieza a
convertirse en ceniza poco a poco...Entonces, la bóveda vuelve a
cerrarse. Parece que el inquisidor quiere hacerle sufrir de verdad.
Disfruta con su dolor
-Y ahora, mi toque personal, Aunque no
haga mucha falta, porque ya se está churruscando....-Ríe
Los moradores se apartan y dejan que
Tar prenda fuego a Sel, que empieza a arder mientras se retuerce de
dolor. Las llamas se mezclan con la luz del sol que le da
directamente al vampiro, que no deja de gritar....
No soporto verlo y cierro los ojos.
Tras un breve instante, los aullidos
del vampiro cesan y abro los ojos. La bóveda se ha cerrado. Ya no
entra sol. El Emperador tiene las manos sobre la cabeza de Sel y un
haz de luz rojiza brota de la mano del Emperador...No entiendo nada.
Veo como Selman se suelta de las
cadenas fácilmente y viene hacia mi, mientras Tar ríe y dice:
-Ahora sí que vas a sufrir, Cris...-
Se carcajea mientras se vuelve hacia Selman, que ya ha llegado a mi
lado, para decirle:
-Demuestra tu lealtad, morador.-
Selman se acerca a mi con una mirada
distinta: fría, distante, dura, y una sonrisa retorcida en sus
labios.
Sin más ni más, me pega un puñetazo
en la cara que me hace girarla por la violencia del golpe. La sangre
brota y siento su sabor en mi boca mientras muerdo con fuerza la
mordaza, que poco después Selman se encarga de quitarme.
-Quiero oirte gritar., Cris. ¡Blood,
Ymir!-Dice mientras extiende el brazo y espera a que Blood y el
payaso le den cuchillo y hacha respectivamente.
-Selman, por favor. Tú no eras
así...Dijiste...Dijiste que me ayudarías a escapar. Casi lo
conseguimos....-
-Yo sólo me debo al Emperador.-
Sentencia él mientras posa el hacha en el suelo y se arrodilla a mi
lado tranquilamente mientras me raja el estómago. Grito mientras me
retuerzo y veo como, con mucha tranquilidad, me pasa el cuchillo por
uno de mis brazos rajándomelo de arriba a abajo lentamente,
recreándose, disfrutando con mi dolor, con mis sollozos, con mis
gritos....
Me echo a llorar hasta que vuelvo a
gritar con toda la rabia acumulada. Me siento impotente. No puedo
moverme. No tengo escapatoria.
Veo cómo Selman relame el cuchillo
después de haberme acuchillado, cómo lo posa en el suelo para coger
el hacha, levantarse y alzarlo como si me fuese a cortar la cabeza.
Se prepara, lo levanta sobre su cabeza.
Su cuerpo se arquea hacia atrás listo para dar el hachazo, y
entonces....
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