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miércoles, 7 de agosto de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" capitulo 2

CAPITULO 2: DÍA 2 - TRANSFORMACIÓN -


Me levanto. La cripta se halla en silencio. Los dos vampiros durmiendo en sus ataúdes cerrados e Irina haciendo lo propio en una esquina de la habitación.
Sonrio y decido divertirme un poco antes de ponerme con la búsqueda de mi cuerpo.
Atravieso las paredes del Caserón y consigo salir fuera.
El sol me da de lleno y me molesta. Normal si tenemos en cuenta que soy casi transparente. Decido intentar acostumbrarme y emprendo el vuelo hacia la Tarántula.
Me quedo flotando y dudando si subir tras ver la inmensa cola que hay. Pero reflexiono.
“Qué coño! Soy un fantasma, ¿no?¡Floto! No necesito subirme a ningún vagón para divertirme aquí!”. Y floto hasta el principio de la primera cuesta, la subo y me recreo en la cima, esperando para darle más emoción. El vagón, cargado con cuatro personas baja y yo bajo tras él, trazando el recorrido de la vía por mi misma, en el aire, flotando a la máxima velocidad a la que puedo volar.
Mi etéreo cuerpo se desliza sobre los raíles como si él fuera la vagoneta, y me divierto, grito y nadie me oye, como es de suponer.
De la Tarántula voy al Abismo, y hago lo mismo: me deslizo sobre los railes cual vagón y disfruto, y río, y grito...
Emprendo mis pasos al Tornado, pero una vocecilla me detiene. Es Irina, que me ha pillado.
-¡Cris!¿Se puede saber qué haces aquí?-Dice visiblemente enfadada.
En muy poco tiempo tenemos a nuestro alrededor (alrededor de Irina, mejor dicho, porque a mí no me ven) un gran circulo de visitantes queriéndose hacer fotos con la moradora, que accede a hacerse tres o cuatro fotos y por lo bajini me insta a seguirla.
-Sólo pretendía divertirme un rato, Iri...-Me explico yo.
Ponemos rumbo al Caserón y se detiene ante una tumba situada junto a la verja de entrada. La lápida tiene una curiosa inscripción:

Cristina Bermejo
1991 - 2013
Moradora rebelde
   R.I.P     

Edición de foto: José López
(@Ghjoseamaral)

Me quedo sin palabras. Era obvio que mi cuerpo estaría en alguna tumba, me lo imaginaba. Pero ni de lejos mi mente piensa que esa tumba tiene la inscripción que estoy viendo.

-Ahí tienes tu cuerpo, Cris.- Me dice Irina, que se sobresalta cuando alguien toca su hombro: una chica y un chico, cogidos de la mano, que la preguntan:

-Perdona, ¿A qué hora abrís?- Ambos sonríen y se cogen fuerte de la mano. Ella, visiblemente asustada. Él haciéndose el valiente por ella a pesar de que le tiemblan las canillas.

-A las cinco de la tarde.- Dice Irina muy metida en su papel de moradora, con toda seriedad y un tono que, francamente, da miedo.

-Vale, gracias.-Dice el chico intentando sonreír a pesar de estar cagado de miedo.

Sonrío y decido divertirme un poquito mientras la pareja se aleja. Me acerco a ellos y soplo un pelín en la nuca de la chica, provocándola escalofríos.

-Cari, tengo frío.-Dice.

-Qué dices, loca, si hace un calor que te torras.- Dice él riendo.
-Te lo juro, acabo de sentir frío.-Se defiende.

Yo sigo provocando airecillo a su alrededor, y cuanto más le dice él que no hace frío a ella, más la provoco la helada sensación. Decido ir a más y soplo alrededor de ambos. Él dice:

-Hostia, pues vas a tener razón. Si que hace frío si...-Se estremece y aprieta el paso sin soltar a su chica mientras se alejan del Caserón.

Me doy la vuelta riendo y voy hacia Irina, que me mira con cara de “Qué-leches-acabas-de-hacer-Cris-déjalo-ya”.

Ella se limita a resoplar y vuelve a señalar mi lápida.

-Tu cuerpo, Cris.-Dice.

Suspiro y asiento mientras comienzo a cavar lo más rápido que puedo hasta que veo el ataúd y abro la tapa. Irina me echa una mano. Pesa demasiado para levantarla yo sola. Cuando la alzamos, efectivamente, ahí está mi pobre cuerpo maltrecho. Aún con la ropa y las cuchillas, apenas putrefacto. El lado derecho de mi cara, desfigurado, como solía estar...¡Eh, no! ¡Quita!. Un gusano vaga a sus anchas por mis cicatrices faciales y yo me muero del asco. Grito y lo insto a apartarse.

-Venga, Cris, si vas a meterte de nuevo en tu cuerpo, hazlo ya. Se deben estar preguntando dónde estoy, y además, puede venir Sara, la taquillera y pillarnos. Tienes que volver a esconderte a la cripta cuanto antes antes de que el Caserón abra y se den cuenta de que has vuelto.-

Suspiro y me acerco poco a poco a mi cuerpo.

-Te advierto que sufrirás dolor. Las heridas no se curan así como así. Y te recuerdo que moriste humana...-Me dice Irina.

-Humana, vampira, otra vez humana....Vaya cachondeo....-Resoplo mientras me introduzco en mi cuerpo poco a poco.

Abro los ojos y no puedo evitar retorcerme de dolor mientras intento salir de la tumba como puedo. Mis heridas aún están ahí y han vuelto a empezar a sangrar ahora que la sangre vuelve a correr por mis venas.

Me pongo la mano en el estómago intentando taponar la gran hemorragia y emprendo el camino hacia la puerta del Caserón.

-Vamos.-Dice Irina tirando suavemente de mí. - Con suerte todos duermen y nadie se enterará de que estás aquí...-


-Venga. Óscar podrá convertirte en vampira otra vez, te volverás a curar y podrás ser toda una moradora. Pero hasta que no estés del todo convencida no le diremos nada al resto. Tienen que verte bien preparada...-

¿Por qué narices Irina quiere que no salga de aquí?

Suspiro y trato de ignorar el dolor que me consume mientras, como puedo, intento llegar a la cripta.
Ya veo la puerta...Sólo unos pocos pasos más...
Pero entonces...Irina se lanza sobre mi y me muerde en el cuello.
Siento un dolor que me desgarra .
Mi cuerpo se desmadeja completamente, caigo al suelo, me retuerzo, lloro, grito...Y entonces, una sombra se cierne sobre mí y se sitúa junto a Irina.

-Muy bien, Irina.-Sonrie el Emperador.- Ya eres toda una moradora.- Le da una palmadita en la espada.

Ella sonrie y se inclina.

-Gracias, mi señor. Ha sido demasiado fácil.-

-¡No!¡Óscar!¡Selman!-Grito.


-Shhh...Déjalos. Están durmiendo...-Dice el Emperador antes de echarse a reir.- ¿Sabes? Creo que te vendrá bien juntarte con los zombis y no tanto vampiro...-Dice divertido mientras observa como me retuerzo en el suelo, como los espasmos me poseen, hasta que consiguen vencerme y me desmayo....

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