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martes, 24 de septiembre de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 21

CAPITULO 21: PASEO POR EL PARQUE


Tar y yo salimos del Caserón. La luz me ciega.
Él me lleva del brazo con rudeza, casi a rastras. Me hace daño. Mientras bajamos las escaleras va aumentando la luz solar, que se posa en mis ojos, acostumbrados a la penumbra del Caserón.

Entrecierro los ojos, sintiendo el dolor de la herida del derecho. El sol me incomoda, pero me da igual. Quiero chillar de felicidad. ¡Estoy fuera del Caserón!¡Si! Algo que jamás pensé que lograría. Sin embargo pienso en todo lo que he sufrido, estoy sufriendo y aún me queda por sufrir mientras me pregunto el motivo por el que Tar me ha sacado de la casa. La voz del Enterrador me saca de mis pensamientos:

-¡Pasáoslo bien!-Sonrie malicioso, para luego volver al gesto neutro y a la vez apenado e inquietante que mantiene al recibir a los visitantes en la verja del Caserón. Clava en mí sus ojos blancos, y no noto pizca de compasión en su mirada...Niego con la cabeza lamentándome de mi situación.


-Cristina se lo pasará mejor que yo, eso seguro...-Dice el inquisidor con una risita mientras me tira del brazo obligándome a echar a andar. Echo una última mirada suplicante al Enterrador, que me mira impasible y abre la verja para que pasen los visitantes, que nos miran y susurran lo bien maquillados que estamos.

Seguimos andando y oigo a Sara decir:

-¡Nos vemos luego, Cris!- La veo relamerse, asomada a la taquilla. Tampoco hay piedad en ella. Puedo verlo en sus ojos, mientras el inquisidor me sigue arrastrando del brazo hacia no sé dónde.

Cuando pasamos por la entrada de “La Jungla” nos paran unos visitantes.

-¡Foto!¡Foto!- Dicen sonriendo y poniéndose a nuestro lado.

Uno de ellos me pasa el brazo por el cuello para hacerse la foto, y me siento morir al notar clavarse más los pinchos del collar en mi piel. Comienza a gotear sangre. Soy incapaz de mirar a cámara. Me muerdo el labio retorciéndome de dolor. Acabada la foto, los visitantes se alejan y llega una chica hasta nosotros. Nos sonríe y se sitúa entre Tar y yo para hacerse foto. Algo me llama la atención en ella...A parte de su hermosura, su cara me es familiar. Echo una ojeada a mi lado y al verla junto a Tar veo a quién me recuerda: es idéntica a la mujer del inquisidor...En mi cabeza aparecen de nuevo las imágenes del pasado de Tar y en ellas hay una mujer casi idéntica a la que tengo enfrente.

-No olvide, señorita, que en el Viejo Caserón la estamos esperando...-Veo que la dice mientras toca suavemente la barbilla de la joven. Ella se va, intimidada y noto como, por un momento, el inquisidor se pierde en sus pensamientos mientras la ve irse.

-¿Qué pasa, Tar?-Pregunto yo entre gemidos de dolor, pero aún así se nota que desafío.- ¿Es que te recuerda a alguien?-Intento reirme, pero el dolor me lo impide.-

-Sí.-Me responde él.- A una chica preciosa que en breve va a morir en el Caserón...-Sonríe.- ¡Mira! Ahora mismo está sacando su entrada...-Me señala la taquilla y la veo pagando a Sara. Tar me tira del brazo y echamos a andar hacia Maquinismo.

Casi corriendo, Tar me lleva a rastras hasta la Lanzadera. Me sonríe y me dice:
-¿Te acuerdas, Cris? Aquí te montaste con Selman después de tu primera caza...Te daba mucho miedo subir aquí, ¿Verdad, pequeña?- Sonríe hipócrita mientras me empuja haciendo que nos saltemos la fila.

-¿Cómo...Cómo sabes...?-Pregunto atónita.

-Mi señor lo sabe todo.-Dice, refiriéndose al Emperador.

-¿Quién se quiere montar con la moradora?-Proclama de repente.

-¡No!-Chillo yo histérica.

-¡Que subas!-Me ordena empujándome al asiento mientras me abrocha el cinturón y me baja el arnés.

La Lanzadera empieza a subir, y yo a hiperventilar, mientras chillo y veo a Tar abajo, mirándome sonriendo...

Chillo y pataleo mientras noto como la máquina se para. Y pienso en Selman...Y en lo diferente que fue mi primera Lanzadera con él...Y ahora estoy sola...

Mi grito ahoga mis pensamientos mientras pataleo y noto como la Lanzadera desciende a toda velocidad y finalmente se para en seco.

Me desabrocho el cinturón y me subo el arnés, bajando del asiento.

-¿Te lo has pasado bien?-Me pregunta el inquisidor mientras me vuelve a coger del brazo y me lleva hasta Abismo. Nos paramos en la entrada y mientras mira la montaña rusa con aire nostálgico, me pregunta:

-Ay, Cris...¿Recuerdas aquella vez que te montaste con tu amiga Pamela? Nunca olvidaré tus gritos aquel día...Se oían desde la morada...-Sonríe.- Una pena que ya no puedas repetir experiencia.

Me saca del trance en el que me he sumido contemplando Abismo mientras recuerdo el día que fui con Pam al Parque.

Echo a andar y comienzo a escupir bocanadas de sangre. El dolor de las heridas del collar en mi cuello son insoportables, por no hablar de mi ojo derecho y el continuo dolor interno que siento gracias a la magia del Emperador, que ha tenido el detalle de curarme las heridas pero me ha dejado el dolor por dentro.

Cuando me quiero dar cuenta, estamos subiendo a un Zeppelin, que se pone en marcha y comenzamos a recorrer el Parque.

-Mira, Cris...¿Recuerdas?-Dice señalando a un grupo de amigos que van hacia “Fantasía”- Tú venías aquí con tus amigos...Y aquel día...-Sonríe.- Aquel día te dio por venir sola. Y aquí mismo, en éste zeppelin te preguntabas si entrarías o no al Caserón...-Se ríe.- Menos mal que lord Malevus se encargó de meterte cizaña para que entraras con su vocecilla en tu mente...-

Suspiro.

-Fue tu culpa...Si no le hubieras escuchado ahora no estarías así...¡Pero ya no hay tiempo para arrepentimientos!-Me dice mientras me saca del Zeppelin con brutalidad cuando éste para.

El dolor me consume y casi caigo al suelo. Tar me sujeta pero me aprieta fuerte el brazo mientras me lleva junto al simulador virtual, donde hay un edificio que simula una antigua casa, aunque, a mi juicio, no tan imponente como el Caserón. Fuera hay un cartel que pone: “Movie Maniacs”

-¿Te gusta el nuevo pasaje?-Me pregunta. - Ya éramos demasiados en el Caserón y el Emperador decidió mandar a tres moradores fuera. Además, la gente demanda más terror...Son insaciables...- Dice mientras entramos en la casa.


Y de nuevo la oscuridad vuelve a mis ojos....

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