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viernes, 6 de septiembre de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 14

CAPITULO 14: PUZZLE VIVIENTE

Soy un guiñapo. Soy un cuerpo casi sin vida. Mi cara está completamente cubierta de sangre. Apenas se distinguen las heridas, porque sólo se ve el color rojo de la sangre y el tono amarillento del pus.

Me retuerzo en la silla. Me duele todo. Grito y ya no sé si lo hago por el dolor que me consume o por la visión de mi propio reflejo. Miro a los dos moradores que están conmigo, ambos sonríen.

Espiral me atusa el pelo.

-Ay, Cris. Vamos a tener que reimplantarte melena...¿Has pensado en cambiarle el color alguna vez? Lo digo por si nos da el punto y te injertamos pelo rubio, pelirrojo...-Dice riendo.- ¡Tenemos pelo de sobra!-Ríe.- Y narices, y piel, y ojos, y cerebros. ¿No has pensado en cambiarte el color de ojos, Cris?-Me pregunta con una risita.

Miro a Espiral espantada y niego con la cabeza, intento levantarme pero desisto cuando el dolor me vence.

-Ymir, destapa la camilla, anda...-Dice el doctor mientras me sujeta. Veo a través del espejo cómo el payaso quita la sábana que cubre una camilla situada junto a la pared del fondo.

Espiral me coge en brazos y me lleva a la camilla, donde me deja con suavidad. No tengo fuerzas para resistirme. El dolor me consume. Gimoteo mientras veo que los dos moradores me observan y Espiral dice:

-Ymir, vete a la sala de la bóveda a por sus restos. Hay que recomponerla.-

¿Recomponerme? ¿Qué soy? ¿Un puñetero puzzle?

Niego con la cabeza e intento levantarme, pero entre el dolor y que Espiral me lo impide, no puedo.

-Tranquila, Cris. En breve estarás como nueva.-Ríe.

Ymir ha abandonado la sala y Espiral me mira con interés, pasándose la mano por la barbilla, reflexivo.

Le veo dirigirse a un armario del que saca lo que parecen ser varias matas de pelo (que no pelucas), una camiseta, y unos vaqueros.

-Vamos a ponerte bien guapa, ya verás.- Ríe histérico mientras veo que en la otra mano mano trae lo que parece ser una grapadora y unas tijeras. Lo deja todo en la mesa del espejo y viene hacia mi con las tijeras en la mano.

-No...no...-Articulo como puedo.

-Tranquila, Cris. Colabora, anda, que si quieres que te arregle tendré que quitarte éstos harapos...-Dice cortando con las tijeras mi chaqueta. Me quejo al sentir el dolor de la sangre reseca pegada a la tela del interior de mi chaqueta, que al rozar con mi piel, me araña mientras noto el vagar de las tijeras, cortando inocentemente la tela, pero que de vez en cuando me arrancan un quejido al arañarme deliberadamente.

De la chaqueta y la camiseta, Espiral pasa a los vaqueros. Me los corta y me mira.

-Vaya monumento, Cris. Y anda, que ya le vale al vampiro, hacerte ese agujero...-Dice señalando el boquete donde antes estaba mi corazón.-No se conformaba con cuellos, no...Goloso.-Suspira.-A ver cómo arreglo yo ésto ahora...-

En ese momento entra Ymir, sosteniendo un cubo metálico que da a Espiral.

-Ésto es todo lo que había, doctor.-Le dice.

-Bueno, nos apañaremos. Creo que será suficiente.-Contesta Espiral, que saca algo del cubo con la mano llena de sangre, se dirige al mueble y coge aguja e hilo.

-¿Que...me vais a hacer?-Pregunto casi sin voz.

-Reconstruirte.-Dice el médico tranquilamente.

Empiezo a gimotear y a intentar levantarme, pero el payaso me sujeta mientras Espiral dirige hacia mi lo que ha sacado del cubo, que no es otra cosa que un trozo de carne. Distingo medio ombligo. Sí. Es un trozo de estómago. Lo lleva hasta el lugar que le corresponde, y antes de comenzar a coser dice riendo.

-Oh..Se me ha olvidado la anestesia. ¡Qué cabeza tengo! Te va a doler un poco Cris.-

Y sin darme tiempo a quejarme siquiera, clava la aguja y comienza a coser. Siento el dolor y aúllo.

-¡¡Joder!!-

-¡Chs! ¡Esa lengua, Cris!-Me riñe Espiral.- A ver si te la voy a tener que cortar...-

Lloro mientras él me cose a lo vivo los injertos de piel. El suplicio es indescriptible y de repente, siento una punzada que hace que me retuerza de dolor.

-¡No!¡Se me ha quedado la aguja dentro, Cris!-

Empiezo a llorar a voz en grito, impotente.

-Bah, mira, te lo coso y punto. Seguro que ya no la encuentro.-Dice riendo.

-¡¿Pero qué dices?!-Digo histérica llorando.

Él me ignora y sigue a lo suyo, cosiendo y después grapando mechones de pelo de vaya usted a saber de qué color y de quién, a mi maltrecha cabeza. Grito, Cada grapa es un suplicio.

Después, me sienta en la camilla y me pone una camiseta y unos vaqueros, que luego me desgarra, aunque no del todo, para dejar a la vista mis cicatrices y los remiendos chapuceros que me ha hecho.

El payaso Ymir me ayuda a bajar y me pone frente al espejo.

-Ya estás. Mírate.- Me dice sonriendo.

Resoplo y niego con la cabeza.

Soy una especia de puzzle mal hecho, con las piezas malísimamente encajadas. Trozos de carne en lugares que no corresponden...Por no hablar del gran agujero del corazón.

-No le he encontrado. Selman habrá dado buena cuenta de él.-Me dice Ymir que se ha percatado de que estoy mirando el boquete.

Miro mi pelo. Mechones rubios, morenos y pelirrojos contrastan con los restos de mi melena castaña. Me paso la mano por ella. Aún me duelen las grapas.

El payaso pone una mano sobre mi hombro.

-Vamos, Cris. Van a empezar a llegar visitantes. Hoy debutarás en mi cuadro.-Me sonríe.- No te preocupes, yo estaré contigo. ¿Te gusta el circo?-Me pregunta mientras me lleva del brazo fuera del camerino.

Camino arrastrando los pies. Me duele todo. Gimo quejumbrosa mientras el payaso sube las escaleras conmigo, seguido de Espiral.

Cuando llegamos al cuadro del circo, Ymir me sonríe.


-Bienvenida a mi hogar.-...

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