Mi lista de blogs

domingo, 29 de septiembre de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" capitulo 26

CAPITULO 26: DESAFÍO


Ha sido terrible. Estoy agotada. No puedo más. Mi cuerpo está lleno de heridas provocadas por los pinchos de la Dama de Hierro, tras lo cual, Tar ha decidido jugar con su mechero sobre mi cuerpo de nuevo. Ahora está en una esquina de la sala, observándome sin decir palabra. Echo una bocanada de sangre justo cuando se abre la puerta. Con dificultad, alzo la cabeza y me echo a temblar cuando veo que es el vampiro quien hace su aparición.

Le veo inclinarse ligeramente ante Tar.

-Me has hecho llamar, inquisidor.- Dice con respeto pero sin poder ocultar el odio hacia Tar en su voz.- ¿Para qué me necesitas?-

Tar señala la mesa donde estoy, y el vampiro lo capta.

-No te preocupes, yo me encargo de ella.- Se gira, me mira, y me sonríe dándose la vuelta.

Las palabras de Tar le detienen.

-No recuerdo haberte ordenado que te dirijas hacia ella, y mucho menos que me des la espalda.- Sentencia serio.

-Pero...no entiendo...-Dice Selman sin comprender nada. No le da tiempo a decir más porque Tar le pega un puñetazo. Me agito asustada y veo cómo el vampiro escupe una bocanada de sangre al suelo. Tar le desafía:

-Vuelve a tratarme con esa falta de respeto, Colmillitos, y te romperé la columna como si fuera una ramita.- Dice mientras le coge del cuello obligándole a levantarse, mientras le dice:

-Tal vez en tu cripta seas el más gallo, pero en mi bóveda y en mi presencia vales menos que nada. Tal vez los demás moradores te permitan esos aires de superioridad, pero te aseguro que yo no. Y como vuelvas a poner a prueba mi paciencia puedes lamentarlo, Selmitan, así que ándate con ojo. ¿Te queda claro?-Dice soltándole del cuello.

Veo cómo Sel cae al suelo de rodillas y se lleva la mano al cuello, jadeando dolorido.

-Sí, inquisidor, me queda claro.-Le veo alzar la mirada, y no hace falta estar muy cerca para ver que en ella arde un odio salvaje.

-Excelente.- Dice Tar, satisfecho.-Te he llamado porque ésta vez quiero que des de comer a Cristina, no que la tortures.- Añade señalando un taburete junto a la mesa donde estoy yo, sobre el que hay lo que parece ser Coca Cola, nachos con salsa y gusanitos.

-¿Que la dé de comer?-Pregunta Selman extrañado.- ¡Pero eso no es nada placentero ni divertido! Yo quie...-

-¿Has acabado?-Le corta Tar acercándose, casi pegando su rostro al de Sel.- Me da igual lo que quieras, opines o pienses. Aquí mando yo, y mi mando está respaldado por el Emperador, asi que más te vale obedecer, vampiro de pacotilla, o te pasará lo de la última vez. ¿La recuerdas, Selman? ¿Recuerdas cómo gritabas?¿Cómo me suplicabas que parara?-Amenaza Tar riendo sacando su Zippo y encendiéndolo. Selman retrocede asustado mientras el inquisidor pregunta:

-¿Quieres que se repita, Selman?-

-¡No!,¡No!-Chilla él.- Cumpliré tus órdenes.-

Tar asiente sonriendo satisfecho mientras Selman espera instrucciones. En sus ojos arde la rabia.

-Procede.-Dice el inquisidor con orgullo.- Y si me encuentro a Cris distinta a como la dejo ahora, lo lamentarás...-Advierte.-

El vampiro se acerca al taburete, recoge la bandeja de la comida y se sienta en la silla, frente a mi. Oímos el estruendo de la puerta al cerrarse: Tar ha abandonado la sala.

Al instante, el gesto de la cara de Sel se transforma en una mezcla de odio, ira y frustración. Tira la bandeja al suelo y grita lleno de rabia:

-¡¡Arggg!!¡Maldito inquisidor!¡Cómo le odio!-Baja el tono y dice.- Pronto acabaré con él y me vengaré...Pronto.-Sonríe.

Así que Sel busca venganza...Decido meter cizaña entre él y Tar

-¿Quieres vengarte de Tar?-Digo con gran esfuerzo debido al dolor de las torturas y en cierto tono de guasa para picar a Selman.- Pues no era eso lo que me ha parecido hace unos minutos. Te has achantado...¡Cobarde!-Le digo. Y echo una bocanada de sangre debido al esfuerzo.

Veo que Sel levanta la mano con intención de golpearme, pero le digo con cierta sorna.

-Hey, quieto, vampirito...Ya has escuchado a Tar...-Tomo aire e intento ignorar el dolor, mientras sigo.- Una sola herida que él no haya visto y te sacudirá pero bien.-Sonrío.

-Niñata...-Dice entre dientes bajando la mano y conteniéndose con rabia.

-Además, ¿Te crees mejor que él?-Pregunto con una risita.- En el fondo no hay nada que os diferencia. Sois iguales. Ambos servís a un señor despiadado, gozáis matando por placer y regodeándoos con el sufrimiento ajeno.-Quiero ahondar en la herida y le digo:

-¡Y si aún sigues vivo es porque en el último momento el Emperador pensó que podrías serle útil en el lado oscuro!-Expulso sangre y toso.-Puede...que incluso...seas peor que Tar.- Digo para acabar de hacerle daño.

Los ojos de Selman arden en rabia, resopla furioso y me mira con desprecio.

-Te vales bien de la amenaza del inquisidor, ¿eh?-Dice con desprecio.-Aprovecha esa ventaja, aprovecha, porque dentro de muy poquito le mataré, arrojaré su cadáver putrefacto a los pies del Emperador, consumaré mi venganza, y ese inquisidorzucho se enterará de quién fue al que torturó.-Ríe.- Bueno, no creo que se entere si le mato...-Se carcajea.- ¡Y entonces yo seré la mano derecha del Emperador!-Proclama.

Empiezo a atisbar las intenciones de Selman.

-Así que...No sólo quieres vengarte, ¿Eh? Quieres ocupar su rango...-Digo.

Ríe histérico.
-Y cuando lo haga, vas a desear haberte mordido esa lengua chulesca que tienes.- Me dice casi en un susurro, con su rostro muy cerca del mío.

-¡Por Lucifer!-Chilla fuera de sí apartándose de mí.- ¡Cómo odio a ese desgraciado!¡Si le tuviera aquí ahora...Me encargaría de que se enterara de quién soy yo!¡Oh si! ¡Le mataría sin piedad ninguna!- Selman ríe y por encima de su risa suena una voz grave:

-Pues hazlo.- Dice.

Selman se gira para ver de dónde ha venido la voz y retrocede hasta golpear la mesa en la que estoy.


Desde mi posición veo brillar unos ojos amarillos ocultos en las sombras. Según se van acercando a la luz vemos una silueta envuelta en una túnica oscura...Hasta que al fin vemos de quien se trata...

No hay comentarios:

Publicar un comentario