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jueves, 26 de septiembre de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 22

CAPITULO 22: NUEVO PASAJE


Tar me arrastra por un oscuro pasillo. La oscuridad es total. No se ve nada. Camino a tientas mientras el inquisidor casi me empuja por el pasadizo.

-¿Te da miedito la oscuridad, Cris?-Se ríe.- Normal...Cuando no hay luz puedes encontrarte muchas sorpresas inesperadas.

Chillo al sentir que algo se clava en mi espalda y me obliga a parar de andar, doblándome y casi cayendo al suelo. Oigo la risa del inquisidor, mientras intento buscarle con mis manos para tener algo a lo que sujetarle.

Pero no es el terciopelo de la túnica de Tar lo que tocan mis manos. Es algo desprovisto de suavidad, una tela más resbaladiza...Sigo palpando y doy con un rostro y con la capucha que seguramente semioculta la cara del asesino, cuyas palabras me revelan quién es:

-¿No te gusta mi garfio, Cris?-Me dice riendo. Y sé quién es: Ben Willis, el psicópata de “Sé lo que hicísteis el último verano”; lo que he tocado no ha sido otra cosa que la tela de su chubasquero de pescador.

Grito cuando el asesino saca su arma de mi espalda, y oigo la risita de Tar.

-A oscuras es más divertido...Sientes todo mucho más, y no sabes por dónde te vendrán las sorpresitas...-

En ese momento, noto una nueva puñalada, ésta vez en el estómago. Una bocanada de sangre asciende hasta mi boca, y la escupo.

-Culpa mía.- Ríe la voz de Ghostface.

Me siento impotente. A oscuras no sé por dónde me vienen los golpes, que no hacen más que aumentar, en forma de cuchilladas. Ahora siento una tercera arma clavarse en mí. Supongo que es el cuchillo de Michael Myers. Grito y caigo al suelo al no poder mantenerme en pie.

De repente se enciende una lucecita, y caigo en la cuenta de que es una pequeña llama: la llama del mechero de Tar, que baja hasta mi, iluminando los rostros enmascarados de los asesinos mientras estallan en carcajadas y vuelven a clavarme sus armas.

Vuelvo a chillar y rompo a llorar. Intento rodar, pero cada movimiento me cuesta la vida, y desisto.

Oigo voces acercándose, y noto cómo alguien hurga en mi pantalón, como si me estuviera metiendo algo en el bolsillo. De repente, mi bolsillo vibra mientras suena un “ring ring”. Quienquiera que haya sido me ha metido un móvil en el bolsillo.

Oigo voces cada vez más cerca.

-Eh, suena un teléfono.- Oigo que dice alguien.

Deduzco que los visitantes se acercan. El móvil no para de sonar. Aún tirada en el suelo, me llevo la mano al bolsillo, palpo, y saco con dificultad el teléfono que me han guardado. La lucecita de la pantalla apenas ilumina nada.

“Desconocido”. Veo que pone en la pantalla.
Lo alzo con manos temblorosas y le doy al botón. Me duelen las puñaladas y creo que ha pasado una eternidad hasta que consigo llevarlo hasta mi oído.

-¿S...si?-Pregunto con la voz quebrada por el dolor mientras escupo sangre por la boca. Toso, y la voz de Ghosface me contesta.

-Hola, Cris...¿Cuál es tu película de terror preferida?-

De repente se hace la luz y los tres psicópatas empiezan a acuchillarme mientras veo cómo los visitantes gritan y sin embargo siguen contemplando lo que para ellos es un espectáculo la mar de bien hecho con actores que actuan genial.

Grito mientras la sangre sigue brotando de mi boca, y no veo más que dos rostros con máscaras blancas y un encapuchado acuhillándome...Lloro, pero no sirve de nada.

Los gritos de los visitantes cesan, y siguen caminando comentando lo real que parece todo...

La luz se vuelve a apagar mientras siento que alguien me levanta y me obliga a ponerme el pie. Palpo terciopelo. Es la túnica de Tar. Es el inquisidor el que me ha levantado. Me aferro a su túnica como quien se aferra a la última oportunidad de vivir. Las piernas me fallan y a punto estoy de caer.

Tar me sostiene mientras camina conmigo fuera del pasaje.


Se abre la puerta y de nuevo siento la luz cegadora del sol clavarse en mis ojos mientras el inquisidor me conduce de nuevo al Viejo Caserón...

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