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jueves, 5 de septiembre de 2013

Relato: "Visita al Viejo Caserón 2: Tinieblas" Capitulo 13

CAPITULO 13: NUEVO CASTIGO


Lloro arrodillada ante la silla donde han torturado a Irene. Ni siquiera soy consciente de que el enterrador se la ha llevado.

Siento rabia...Y grito alzando mi vista hacia la cúpula.

Unas manos me sujetan suavemente por los hombros mientras me giran despacio. Una suave voz:

-Tranquila, Cris...No pasa nada. Vas a estar bien.- Dice Selman.

-¡No me toques!-Le chillo mientras tiro el brazo con las cuchillas al suelo, sin fuerza.

-No permitiré que te ocurra nada...-Me dice mirándome mientras pasa la mano por mi cara y se la lleva a la boca, lamiendo mi sangre.-Teníamos un vínculo, ¿Recuerdas?.-

-Tú querías matarme...-Digo mientras le miro entrecerrando los ojos con rabia, arrastrando cada palabra para que quede claro que no le creo.

Sin embargo estoy confusa. El calor y el cariño que me transmite el vampiro me hacen ver que está arrepentido...

Se acerca a mí, roza mi nariz con la suya mientras sus labios tocan los míos y se funden en un ávido beso.

Succiona mis labios con los suyos, ansioso. Su lengua se funde con la mía mientras me abraza. Pero algo está mal. Siento sus manos sobre mis muñecas, que ha colocado tras mi espalda, rompiendo el abrazo. Noto la opresión de algo que araña y quema. Cuerda. Me zafo del beso de Sel, que me sonríe con malicia.

-¿Qué pasa, Cris? ¿Es que no te gustan los besos con lengua?-Ríe, me echa a un lado el cuello con violencia y me muerde sin detenerse a chupar mi sangre. Siento que me arranca un trozo de carne y chillo mientras caigo al suelo.

El dolor no me deja hacer nada. No tengo fuerzas. Cierro los ojos mientras oigo ruido de tacones, como si una mujer estuviera entrando en la estancia. Pero no son taconazos firmes, suena a arrastrar de zapatos. Abro los ojos. Es la taquillera, que acaba de entrar a la sala. Su cuerpo está cubierto de heridas, arrastra los pies y gime lastimosamente.

El inquisidor se acerca a ella.

-Sarita ¿Tienes hambre?- Pregunta.

Ella asiente y él señala con la cabeza el brazo que Jason le arrancó a Irene.

-Cébate.-Dice a Sara con una sonrisa.- Cuando acabes, dale los huesos al enterrador para que los guarde en la tumba de la intrusa.

Ella asiente y se abalanza sobre el brazo amputado de la pobre Irene.

Oigo cómo desgarra la carne con ansia, como la devora. Siento como la sangre me salpica. Soy incapaz de mirar mientras noto cómo las arcadas invaden mi cuerpo.
-¡¿Y ahora qué vais a hacer conmigo?!-Pregunto llorando enrabietada.

El Emperador se acerca a mi.

-Te has portado mal, habrá que castigarte...-Ríe.

-Pero...dijisteis que no tendríais en cuenta...-Protesto.

-Soy genial persuadiendo, ¿Eh?-Se burla.

Resoplo e intento desatarme. No puedo. Grito de rabia. El inquisidor rompe mi aullido con sus palabras.

-Tengo el castigo perfecto para Cristina.-Dice sonriendo.

Sin que Tar diga siquiera en qué consistirá mi castigo, el Emperador dice.

-Me gusta lo que estás pensando, Tar...-Sonrie y yo me echo a temblar.

Más fuego no, por favor...

-Será un castigo mucho mejor que el fuego, pequeña....Mejor en el sentido de que será más divertido para nosotros...Para ti no tanto...-Se mofa el Emperador, que al parecer es igual de genial para leer mentes y persuadir.

-¡Demos la bienvenida a la nueva actriz de el Viejo Caserón!-Dice el inquisidor señalándome.

Todos los moradores aplauden y Selman dice entre dientes:

-Habrá que llevarla a su camerino, ¿No?- Le veo echar una mirada de odio ardiente al inquisidor, como desafiándole. Selman quiere venganza, pero no por mí. No porque quiera defenderme. Quiere vengarse de Tar por haberle torturado.

-Si, Sel, si.-Contesta Tar en tono cansado.-La llevaremos al camerino y Espiral e Ymir se encargarán de prepararla.

Ymir se acerca a mi blandiendo su cuchillo.

-¿Te gustan los payasos, Cris?-Ríe.

Resoplo y grito mientras él y Espiral me alzan en volandas y me llevan por todo el Caserón hasta un sótano que yo no sabía ni que existía.

Me sientan en una silla y encienden la luz.

La sala parece un camerino de actores. Frente a mi hay una mesa pegada a la pared con muchos botes de maquillaje, brochas, algunas máscaras, botes de pintura, látex líquido y demás productos para caracterizarse. Me quedo mirando la mesa atontada.

-Lo hacemos así por los periodistas, ¿Sabes?-Oigo que me dice Espiral.- Tenemos que parecer actores de verdad.- Dice riéndose.

-Ahora ven que te vamos a maquillar.- Me dice Ymir.- Mirate al espejo, haz el favor.

Noto que Ymir me alza la cara y me encuentro frente a frente con mi rostro en el espejo.


No puedo evitar gritar ante lo que ven mis ojos...

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