CAPITULO 13: NUEVO CASTIGO
Lloro arrodillada
ante la silla donde han torturado a Irene. Ni siquiera soy consciente
de que el enterrador se la ha llevado.
Siento rabia...Y
grito alzando mi vista hacia la cúpula.
Unas manos me
sujetan suavemente por los hombros mientras me giran despacio. Una
suave voz:
-Tranquila,
Cris...No pasa nada. Vas a estar bien.- Dice Selman.
-¡No me toques!-Le
chillo mientras tiro el brazo con las cuchillas al suelo, sin fuerza.
-No permitiré que
te ocurra nada...-Me dice mirándome mientras pasa la mano por mi
cara y se la lleva a la boca, lamiendo mi sangre.-Teníamos un
vínculo, ¿Recuerdas?.-
-Tú querías
matarme...-Digo mientras le miro entrecerrando los ojos con rabia,
arrastrando cada palabra para que quede claro que no le creo.
Sin embargo estoy
confusa. El calor y el cariño que me transmite el vampiro me hacen
ver que está arrepentido...
Se acerca a mí,
roza mi nariz con la suya mientras sus labios tocan los míos y se
funden en un ávido beso.
Succiona mis labios
con los suyos, ansioso. Su lengua se funde con la mía mientras me
abraza. Pero algo está mal. Siento sus manos sobre mis muñecas, que
ha colocado tras mi espalda, rompiendo el abrazo. Noto la opresión
de algo que araña y quema. Cuerda. Me zafo del beso de Sel, que me
sonríe con malicia.
-¿Qué pasa, Cris?
¿Es que no te gustan los besos con lengua?-Ríe, me echa a un lado
el cuello con violencia y me muerde sin detenerse a chupar mi sangre.
Siento que me arranca un trozo de carne y chillo mientras caigo al
suelo.
El dolor no me deja
hacer nada. No tengo fuerzas. Cierro los ojos mientras oigo ruido de
tacones, como si una mujer estuviera entrando en la estancia. Pero no
son taconazos firmes, suena a arrastrar de zapatos. Abro los ojos. Es
la taquillera, que acaba de entrar a la sala. Su cuerpo está
cubierto de heridas, arrastra los pies y gime lastimosamente.
El inquisidor se
acerca a ella.
-Sarita ¿Tienes
hambre?- Pregunta.
Ella asiente y él
señala con la cabeza el brazo que Jason le arrancó a Irene.
-Cébate.-Dice a
Sara con una sonrisa.- Cuando acabes, dale los huesos al enterrador
para que los guarde en la tumba de la intrusa.
Ella asiente y se
abalanza sobre el brazo amputado de la pobre Irene.
Oigo cómo desgarra
la carne con ansia, como la devora. Siento como la sangre me salpica.
Soy incapaz de mirar mientras noto cómo las arcadas invaden mi
cuerpo.
-¡¿Y ahora qué
vais a hacer conmigo?!-Pregunto llorando enrabietada.
El Emperador se
acerca a mi.
-Te has portado
mal, habrá que castigarte...-Ríe.
-Pero...dijisteis
que no tendríais en cuenta...-Protesto.
-Soy genial
persuadiendo, ¿Eh?-Se burla.
Resoplo e intento
desatarme. No puedo. Grito de rabia. El inquisidor rompe mi aullido
con sus palabras.
-Tengo el castigo
perfecto para Cristina.-Dice sonriendo.
Sin que Tar diga
siquiera en qué consistirá mi castigo, el Emperador dice.
-Me gusta lo que
estás pensando, Tar...-Sonrie y yo me echo a temblar.
Más fuego no, por
favor...
-Será un castigo
mucho mejor que el fuego, pequeña....Mejor en el sentido de que será
más divertido para nosotros...Para ti no tanto...-Se mofa el
Emperador, que al parecer es igual de genial para leer mentes y
persuadir.
-¡Demos la
bienvenida a la nueva actriz de el Viejo Caserón!-Dice el inquisidor
señalándome.
Todos los moradores
aplauden y Selman dice entre dientes:
-Habrá que
llevarla a su camerino, ¿No?- Le veo echar una mirada de odio
ardiente al inquisidor, como desafiándole. Selman quiere venganza,
pero no por mí. No porque quiera defenderme. Quiere vengarse de Tar
por haberle torturado.
-Si, Sel,
si.-Contesta Tar en tono cansado.-La llevaremos al camerino y Espiral
e Ymir se encargarán de prepararla.
Ymir se acerca a mi
blandiendo su cuchillo.
-¿Te gustan los
payasos, Cris?-Ríe.
Resoplo y grito
mientras él y Espiral me alzan en volandas y me llevan por todo el
Caserón hasta un sótano que yo no sabía ni que existía.
Me sientan en una
silla y encienden la luz.
La sala parece un
camerino de actores. Frente a mi hay una mesa pegada a la pared con
muchos botes de maquillaje, brochas, algunas máscaras, botes de
pintura, látex líquido y demás productos para caracterizarse. Me
quedo mirando la mesa atontada.
-Lo hacemos así
por los periodistas, ¿Sabes?-Oigo que me dice Espiral.- Tenemos que
parecer actores de verdad.- Dice riéndose.
-Ahora ven que te
vamos a maquillar.- Me dice Ymir.- Mirate al espejo, haz el favor.
Noto que Ymir me
alza la cara y me encuentro frente a frente con mi rostro en el
espejo.
No puedo evitar
gritar ante lo que ven mis ojos...
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